Dios dice: “El Dios que se hizo carne se llama Cristo, y así el Cristo que les puede dar a las personas la verdad se llama Dios. No hay nada excesivo en esto, porque Él posee la esencia de Dios, y posee el carácter de Dios, y posee la sabiduría en Su obra, que el hombre no puede alcanzar. Los que así mismos se llaman Cristo, pero que no pueden hacer la obra de Dios, son fraudes.
El Señor Jesús dijo: “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, pues ellos serán saciados” (Mateo 5:6).
Dios Todopoderoso dice: “Dios dirige Sus palabras a toda la humanidad. Si estás dispuesto a leerlas, Él te esclarecerá, pero si no es así, Él no lo hará. Dios esclarece a los que tienen hambre y sed de justicia, y a los que lo buscan”.
Extracto de “La Palabra manifestada en carne”
Tal como dice Dios Todopoderoso: “Dios obra en aquellos que buscan y atesoran Sus palabras. Cuanto más atesores las palabras de Dios, más obrará Su Espíritu en ti. Cuanto más atesore una persona las palabras de Dios, mayor es su oportunidad de ser perfeccionada por Él.
"Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al novio. […] pero las prudentes tomaron aceite en frascos junto con sus lámparas. Pero a medianoche se oyó un clamor: '¡Aquí está el novio! Salid a recibirlo.' Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron y arreglaron sus lámparas.
La ira y el enojo son la manifestación de la humanidad normal. Nosotros los cristianostambién nos enojamos, porque aún vivimos en la carne. Probablemente seremos maltratados o encontremos irritaciones en nuestra vida, por lo que el versículo nos recuerda que no debemos pecar en lugar de no enojarnos.
Este es el requerimiento de Jesucristo para nosotros. Debemos amarnos unos a otros, ser tolerantes y pacientes, y ayudarnos unos a otros. En el pasado, pensé que amar a mis hermanos y hermanas es ayudarlos tanto como puedo cuando tienen dificultades en la vida.
De las palabras de reprensión que Jesucristo habló a los fariseos, podemos ver la disposición justa, santa e inofensiva de Dios. Esto me recuerda a un pasaje, “La intolerancia de la ofensa por parte de Dios es Su esencia exclusiva; la ira de Dios es Su carácter exclusivo; la majestad de Dios es Su esencia exclusiva. El principio detrás de la ira de Dios demuestra la identidad y el estatus que sólo Él posee. Uno no necesita mencionar que es también un símbolo de la esencia del único Dios mismo”.