Dios es santo, así que Él requiere que seamos santos. Este es el criterio para entrar en el reino de Dios. Desde que fuimos tentados y corrompidos por Satanás, hemos vivido en pecado y nos hemos vuelto cada vez más corruptos. Aunque hemos sido redimidos por el Señor Jesús y perdonados de nuestros pecados y Dios no recuerda nuestros pecados
En estos versículos de la Biblia, Jesucristo nos enseña que una vez que escuchamos las palabras del Señor, debemos ponerlas en práctica. Este tipo de gente es la más inteligente. Porque la verdad debe ser practicada. Por mucho que practiquemos la verdad, cuánto ganaremos la verdad. Cuanto más verdad practiquemos, más fuerte será nuestra fe. Es como la casa mencionada en el versículo.
La ira y el enojo son la manifestación de la humanidad normal. Nosotros los cristianostambién nos enojamos, porque aún vivimos en la carne. Probablemente seremos maltratados o encontremos irritaciones en nuestra vida, por lo que el versículo nos recuerda que no debemos pecar en lugar de no enojarnos.
La fe viene por el oír y el oír por la palabra de Dios. No podemos creer en Dios sin la palabra de Dios. Está claro que aprender a escuchar la voz de Dios es de suma importancia. Todos sabemos que la Biblia registra la historia de una mujer samaritana.
Como es sabido, la sabiduría de Dios sobrepasa la imaginación del hombre. Cada etapa de la obra de Dios se hace por el resultado de alcanzar en lugar de las nociones y concepciones del hombre. Dios hará lo que sea beneficioso para Su obra y para Su salvación para el hombre. Al estudiar la Biblia, no es difícil descubrir que, cuando nació el Señor Jesús, sufrió la cacería del rey Herodes.
Es muy común ver en nuestra vida que algunas personas son de buen calibre, inteligentes y buenas, pero también arrogantes y farisaicas. Hagan lo que hagan, siempre piensan que lo hacen bien y correcto, que no están dispuestos a aceptar las sugerencias de los demás, por lo que siempre se encuentran con reveses y fracasos. Por el contrario, algunas personas no se ven tan inteligentes por fuera, ni tienen nada extraordinario
Este versículo nos dice que si queremos amar a Dios, debemos seguir el camino del Señor y actuar de acuerdo con la voluntad de Dios en todas las cosas. Por ejemplo, el Señor Jesús nos pide que seamos la luz del mundo y la sal de la tierra, entonces debemos guardar las enseñanzas del Señor. Si encontramos que algunos hermanos y hermanas son débiles o tienen dificultades, debemos ayudarlos y apoyarlos.