Recordando que hace dos mil años, cuando el discípulo Pedro estuvo en contacto con el Señor Jesús, tuvo un verdadero conocimiento de Él, más adelante, dio un testimonio de amar a Dios y fue crucificado de cabeza por Dios, acabó disfrutando de las bendiciones del reino de los cielos dadas por Él.
Cuando la tortura perniciosa de los satánicos diablos sea cada vez peor,
cuando el dolor punzante me golpee una y otra vez,
cuando la agonía de mi carne esté a punto de alcanzar su cénit,
en el último momento, cuando estén a punto de quitarme la vida,
nunca me entregaré al gran dragón rojo,
nunca seré un Judas, una mancha de vergüenza para Dios.
Dios verdadero todopoderoso, te seré fiel hasta la muerte.
Hoy sufrimos privaciones en el nombre de Dios;
mañana heredaremos las bendiciones de Dios.
Con el fin de ver el día cuando Dios gane la gloria,
daría mi vida y mi juventud.
Oh, amor de Dios, encanta mi corazón.
Mi compañero dijo: “Eso es correcto. Podemos ver de estos dos pasajes que Pedro anhelaba conocer al Señor y cuando estaba interactuando con el Señor Jesús, asimiló cada cosita que Jesús dijo e hizo. Pedro vio muchísima divinidad en Él. Por ejemplo, las palabras dichas por el Señor Jesús eran la verdad; estaban llenas de poder y autoridad y podían proporcionar sustento para las necesidades espirituales de las personas.
En cuanto a la traición de Judas a Jesús, algunas personas se preguntan: ¿No había sido esto planeado antes de la creación del mundo? De hecho, el Espíritu Santo hizo estos planes según la realidad del momento. Por casualidad, había alguien con el nombre de Judas que siempre malversaba los fondos, así que esta persona fue elegida para desempeñar este rol y para prestar su servicio de esta manera. Este fue un verdadero ejemplo de aprovechamiento de los recursos locales.
Dios Todopoderoso dice: “Ya que estamos buscando las huellas de Dios, nos corresponde a nosotros buscar la voluntad de Dios, por Sus palabras y declaraciones; porque dondequiera que haya nuevas palabras dichas por Dios, allí está la voz de Dios, y donde están las huellas de Dios, ahí están los hechos de Dios. Donde está la expresión de Dios, ahí aparece, ahí existe la verdad, el camino y la vida.
La esencia de Dios no existe únicamente para que el hombre crea en ella, sino para que, asimismo, la ame. Sin embargo, muchos de aquellos que creen en Dios son incapaces de descubrir este “secreto”. La gente no se atreve a amar a Dios ni procura amarlo.
Aunque muchas personas creen en Dios, pocas entienden qué significa la fe en Él, y qué deben hacer para conformarse a Su voluntad. Esto se debe a que, aunque están familiarizadas con la palabra “Dios” y expresiones como “la obra de Dios”, no le conocen, y menos aún Su obra. No es de extrañar, por tanto, que todos los que no conocen a Dios estén confusos en su creencia.
Cuanto más vivas una vida espiritual, más ocupado estará tu corazón por las palabras de Dios, siempre preocupado por estos asuntos y siempre llevando esta carga. Después de esto, puedes revelar tu verdad más interna a Dios a través de tu vida espiritual, decirle lo que quieres hacer, lo que has estado pensando, tu entendimiento de la palabra de Dios y tu propia forma de verla. ¡No escondas nada; ni siquiera un poco! Practica el comunicarle las palabras de tu corazón a Dios, decirle la verdad