Li Ming’ai es una cristiana de la China continental. Es una mujer de carácter recto que respeta a sus suegros, ayuda a su esposo, educa a su hijo y tiene una familia feliz y armoniosa. Sin embargo, en China, donde el ateísmo ejerce el control, el Gobierno comunista chino siempre detiene y persigue sin control a las personas que creen en Dios. En 2006, Li Ming’ai fue detenida y multada por su creencia en Dios.