Al igual que otros muchos hermanos y hermanas cristianos, anhelo con impaciencia la segunda venida del Señor Jesús. Nos ceñimos al siguiente pasaje de la Biblia: “Entonces nosotros, los que estemos vivos y que permanezcamos, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes al encuentro del Señor en el aire, y así estaremos con el Señor siempre” (1 Tesalonicenses 4:17).
Al hacer un estudio detallado de la Biblia, supe: cuando vuelva en los últimos días, el Señor hará la obra de separar las ovejas de las cabras, los siervos malvados de los buenos siervos, la cizaña de las clases de trigo, según su especie y gratificante lo bueno y castigar a los malvados.
Muchos hermanos y hermanas de la iglesia me preguntan: Asisto a la iglesia todas las semanas, leo la Biblia frecuentemente, y consagro y trabajo para el Señor.
La Biblia registra: “Y viniendo Jesús á las partes de Cesarea de Filipo, preguntó á sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?
De hecho, tal pensamiento es incorrecto. El sacrificio, el gasto y el trabajo arduo del hombre no significan que él sea purificado, porque está poseído por disposiciones satánicas de arrogancia, engreimiento, santurrones y vanidad, aún puede resistirse a Dios.