Todo el mundo religioso está actualmente experimentando una hambruna grave; ésta ya no está con la obra del Espíritu Santo ni en la presencia del Señor, sino que cada vez hacen más cosas malvadas y la fe y la compasión de los creyentes se están debilitando y son cada vez más frías. Además, los desastres son cada vez más graves en todo el mundo y las profecías de que el Señor regresaría en los últimos días ya se han cumplido...