Danza cristiana · 13. marzo 2020
Puros y honestos, como un niño inocente, brillantes y llenos de juvenil vitalidad, son como ángeles que vienen al mundo. Abierto el corazón, sin engaño, ellos dignos son. Ganan Su confianza, su corazón dan a Dios. Son la gente honesta a quien ama Dios. Las palabras de Dios como guía diaria, nos bendice y el Espíritu Santo nos guía. Escrutinio de Dios aceptamos, ante Él vivimos.