Algunos hermanos y hermanas nos enviaron mensajes después de leer nuestra publicación de ayer: “Vosotros dais testimonio de que si hay gente se entera de que el Señor haya vuelto tras Su regreso, dicha opinión está en línea con la Biblia, y también quiero buscar e investigar. Pero los pastores y los ancianos a menudo dicen que todas las noticias de la venida del Señor son falsas, esto me hace dudar un poco, y tengo miedo de ser engañado, por lo que querría saber cómo distinguir entre Cristo verdadero y los falsos.
Con respecto a esta pregunta, la Palabra de Dios nos ha señalado el camino. Veamos Su palabra.
Dios dice: “Entonces, si algún hombre os dice: ‘Ved, acá está Cristo’, o ‘ahí’; no lo creáis. Porque aparecerán Cristos falsos y profetas falsos, y estos os mostrarán grandes signos y maravillas; de tal manera que, si fuera posible, engañarán incluso a los elegidos” (Mateo 24:23-24). “Si durante la época actual emerge una persona capaz de exhibir señales y maravillas, echar fuera demonios, sanar a los enfermos y llevar a cabo muchos milagros, y si esta persona declara ser Jesús que ha venido, sería la falsificación por parte de espíritus malos y su imitación de Jesús. ¡Recuerda esto! Dios no repite la misma obra. La etapa de la obra de Jesús ya ha sido completada, y Dios nunca más la acometerá. La obra de Dios es irreconciliable con los conceptos del hombre; por ejemplo, el Antiguo Testamento predijo la venida de un Mesías, pero resultó que vino Jesús, por lo que sería erróneo que viniera otro Mesías de nuevo. Jesús ya ha venido una vez, y sería incorrecto que Jesús viniera de nuevo en esta ocasión. Hay un nombre para cada era, y cada nombre se caracteriza por una era. En los conceptos del hombre, Dios siempre debe hacer señales y maravillas, siempre debe sanar a los enfermos y echar fuera demonios, y siempre debe ser como Jesús, pero esta vez Dios no es así en absoluto. Si durante los últimos días, Dios siguiera exhibiendo señales y maravillas, echara fuera demonios y sanara a los enfermos —si hiciera exactamente lo mismo que Jesús—, Dios estaría repitiendo la misma obra, y la de Jesús no tendría significado ni valor. Así pues, Dios lleva a cabo una etapa de la obra en cada era. Una vez completada cada etapa de la obra, los espíritus malignos la imitan pronto, y después de que Satanás empiece a pisarle los talones a Dios, este cambia a un método diferente. Una vez que Dios ha completado una etapa de Su obra, los espíritus malignos la imitan. Debes tener claro esto”. “El Dios de hoy no exhibe señales y maravillas, ni sana a los enfermos y echa fuera demonios. Cuando Jesús vino, la obra que realizó representaba una parte de Dios, pero esta vez, Dios ha venido a realizar la etapa de la obra que queda pendiente, porque Él no repite la misma obra; Él es el Dios siempre nuevo y nunca viejo, y por tanto todo lo que ves hoy son las palabras y la obra del Dios práctico”.
Extracto de “La Palabra manifestada en carne”
La Palabra de Dios nos dice claramente que Dios siempre es nuevo y nunca viejo, él no repite obra. Tal como cuando Jesús vino a obrar, no volvió a hacer la obra de promulgar las leyes de la Era de la Ley, sino que Él comenzó la Era de la Gracia y hizo la obra redentora, concediendo el camino del arrepentimiento al hombre, sanando a los enfermos y echando fuera demonios, finalmente fue crucificado para redimirla del pecado. Entonces, cuando el Señor Jesús regrese en los últimos días, también iniciará una nueva era y realizará Su nueva obra, jamás repetirá la obra realizada por el Señor Jesús. Pero, ¿qué hacen los falsos Cristos? Ellos son espíritus malignos que suplantan a Cristo. No pueden hacer la obra de abrir la nueva era ni poner fin a la vieja era. Solo pueden imitar señales y prodigios simples mostrados por el Señor Jesús para engañar a los que no saben discernir. Pero los señales y prodigios importantes como resucitar a un muerto con una palabra, alimentar a 5000 personas con cinco panes y dos peces, y reprender el viento y el mar nunca podrían hacerlos los falsos Cristos, porque ellos no tienen la autoridad y el poder de Dios, y no pueden imitarlo ni hacerlo en absoluto. Por lo tanto, el que puede hacer la obra de empezar una nueva era y poner fin a la vieja es el verdadero Cristo, y aquellos que no son capaces de hacer estas obras y que solo pueden imitar la obra hecha por Dios, indudablemente son falsos Cristos.
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