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Destrucción en un abrir y cerrar de ojos

El municipio de Qingping en la provincia de Sichuán desapareció en dos ocasiones a causa de su desafío al evangelio de los últimos días de Dios Todopoderoso.

Destrucción en un abrir y cerrar de ojos

Durante el gran terremoto que tuvo lugar el 12 de mayo de 2008, una ciudad desapareció totalmente: fue el municipio de Qingping en el término municipal de Mianzhu, en la provincia de Sichuán. A causa de la censura de información por parte del gobierno, esto no es algo que muchas personas conocen.

El municipio de Qingping estaba situado al noroeste de la zona duramente afectada de la ciudad de Hangwang, en el término municipal de Mianzhu. Antes de que sucediera el terremoto, situado entre las montañas, era un lugar de aire puro, aguas claras y cielos azules, y en las montañas abundaban el kiwi y el gingko. Dios concedió esta abundancia a las personas y les proveía todo lo necesario para vivir; pero las personas que habitaban allí no conocían a Dios, y sabían aún menos que deberían estar agradecidas a Él —sólo codiciaban riquezas—. Como esta ciudad estaba situada entre las montañas, el paisaje era increíblemente hermoso y el aire fresco y agradable. En verano, no había necesidad de usar el aire acondicionado; era una bombona de oxígeno natural, y aún más, un lugar para el ocio y la relajación. La gente de la montaña estableció alojamientos rurales uno por uno e hizo un gran esfuerzo para desarrollar la industria turística allí. También se convirtió en un lugar recreativo y de entretenimiento para todos los niveles de oficiales del gobierno. Muchos de ellos deseaban ocupar cargos del gobierno en el municipio de Qingping, y muchos líderes a nivel provincial visitaban frecuentemente la ciudad. Como todo el mundo sabe, allí donde van oficiales del gobierno, estimulan el crecimiento económico de los hoteles, los bares con karaoke, los balnearios, los spas de masaje de pies y los salones de peluquería de la zona. Por tanto, aunque el municipio de Qingping estaba entre las montañas, no era en absoluto un lugar retrógrado, pero, sin embargo, sí uno de fiesta y jolgorio, luces de neón parpadeantes y música y cantos nocturnos; los oficiales del Partido Comunista convirtieron este lugar hermoso enviado por el Cielo en una Sodoma en versión moderna.

Desde que Dios Todopoderoso inició Su obra de los últimos días en la China continental, hermanos y hermanas de la iglesia viajaron en muchas ocasiones a esta ciudad de la montaña para difundir el evangelio. Pero allí, las personas vivían de forma acomodada y no tenían preocupaciones por la comida o la ropa. Pensaban que no necesitaban a Dios, así que cada vez que venían los hermanos y hermanas, se negaban a aceptar el evangelio, e incluso los reprendían diciéndoles: “Ahora mismo, la vida es muy buena y las políticas del Partido son muy buenas. No tenéis nada mejor que hacer que decir estas cosas, pero no creemos lo que decís. ¡Sólo creemos en el dinero!”. Los hermanos y hermanas tenían que recorrer un largo camino cada vez para difundir el evangelio a estas personas, pero siempre les cerraban las puertas en la cara. Los hermanos y hermanas les decían que éste era el evangelio de Dios de los últimos días, y que era su única oportunidad de salvarse, pero ellas cerraban los oídos; los hermanos y hermanas les decían que todos los que no creyeran en Dios Todopoderoso no tendrían la protección de Dios cuando vinieran los desastres, pero ellas lo ignoraron. Las personas del municipio de Qingping rechazaron las palabras de Dios Todopoderoso y Su salvación —¡no había una sola persona que creyera en Dios Todopoderoso en esa ciudad!—.

A las 14:28 horas del 12 de mayo de 2008 se produjo el terremoto. De repente la tierra tembló y las montañas se estremecieron, rocas gigantes rodaron y retumbaron desde las montañas, el aire se llenó inmediatamente de grandes nubes de polvo, el cielo se oscureció y la tierra se volvió sombría, y algunas montañas simplemente cayeron y desaparecieron en un corto espacio de tiempo. La sede del gobierno local estaba situada en el fondo de un valle entre dos montañas. Cuando se produjo el terremoto, el hueco entre estas dos montañas empezó a estrecharse y, en un abrir y cerrar de ojos, el municipio de Qingping quedó aplastado bajo estas montañas que se doblaban. ¡Todo el mundo en la ciudad quedó sepultado, y en una fracción de segundo las dos montañas se habían juntado y fusionado en una sola! En ese momento, por mucho dinero que tuvieran, todo era inútil; el dinero no les salvó la vida, ¡y mucho menos fueron capaces de salvarlos los oficiales del Partido Comunista! ¡Esta ciudad que no adoraba a Dios fue destruida instantáneamente! Cuando pienso en este desastre catastrófico, no puedo evitar pensar en cuando Jehová Dios quiso destruir la ciudad de Sodoma. Abraham suplicó a Jehová Dios, diciendo: ¿Y si hubiera diez personas justas en la ciudad, la destruirías? Jehová Dios contestó, y dijo: No la destruiré. Al final, sólo Lot y su familia consiguieron escapar bajo la dirección de los ángeles, ¡y todos los que quedaron fueron destruidos por un gran fuego que cayó del cielo! (Ver Gn 18:20-32 y 19:1-25). Esta ciudad contumaz y licenciosa que no adoraba a Dios fue borrada de la faz de la tierra desde ese día, y esto es también lo que aconteció al municipio de Qingping. Después de que éste desapareciera, el ejército emitió inmediatamente una nota a los oficiales y soldados involucrados en las labores de rescate prohibiendo la divulgación de esta información con el mundo exterior, el uso de sus teléfonos móviles estaba totalmente controlado, no podían llamar a su familia y, si alguien filtraba la información, sería juzgado según la ley militar.

Las personas del municipio de Qingping —que habían sido infectadas con el ateísmo— no se examinaron ante este gran desastre, y mucho menos pensaron en las razones de la ira del Cielo; ¡simplemente continuaron creando sus hermosos hogares con sus propias manos, y mantuvieron el credo perverso de que el hombre puede superar al Cielo, y luchar contra el Cielo! Eran contumaces.

Después del terremoto, el terreno en todas las zonas de la ciudad había sufrido un gran cambio (muchas montañas se habían derrumbado, movido o fusionado), y la ciudad original era totalmente irreconocible; además, las riadas procedentes de las montañas bloqueaban todas las carreteras. Por tales razones, el nivel superior del gobierno local decidió borrar del mapa la región administrativa del municipio de Qingping. Pero algún líder del comité provincial del partido, en aras de crear otro proyecto vanidoso, quería construir un nuevo plan piloto rural socialista, y no estaba de acuerdo con la eliminación de la ciudad. Así pues, sin vacilar, el gobierno empezó a invertir mucho en la zona, y envió a técnicos expertos en ingeniería de puentes y del Instituto Provincial de Planificación y Diseño para dirigir la investigación del enclave, la selección del mismo, el diseño y la reconstrucción. Bastante pronto, se fundó una vez más en las montañas un nuevo municipio de Qingping, completo con todas las instalaciones auxiliares. Incluía las oficinas del gobierno del municipio, un hospital, escuelas, bloques residenciales, y más; todo se hizo de una vez y todo modernizado. Plantar un solo árbol en su propia residencia privada le costó cincuenta mil yuanes a un oficial del gobierno municipal. Justo cuando todos estaban agradecidos a la política del Partido e inmersos en la alegría de haberse mudado a un lugar mejor, el 15 de agosto de 2009 cayó de repente del cielo una lluvia torrencial que se volvió cada vez más violenta, y que dio lugar a deslizamientos de tierra desde las montañas. Muy rápidamente, barro y rocas fluyeron en una violenta riada que descendía de las montañas, y que se dirigió directamente hacia donde se encontraba el nuevo municipio de Qingping. ¡De nuevo, en un instante, la recién construida sede del gobierno del municipio quedó sepultada bajo la corriente de barro y rocas, y la ciudad se vio golpeada una vez más por el desastre catastrófico! ¡Una vez más, la ciudad fue barrida de la faz de la tierra!

Esto cumplió con precisión las palabras de Dios Todopoderoso: “Si las personas de un país o nación son incapaces de recibir la salvación y el cuidado de Dios, ese país o nación pisará el camino de la ruina hacia las tinieblas, y Dios lo aniquilará”. “Si eres un cristiano verdadero, creerás sin duda que el auge y la caída de cualquier país o nación ocurren de acuerdo con los designios de Dios. Sólo Él conoce el destino de un país o nación, y sólo Él controla el curso de esta humanidad. Si esta desea tener un buen destino, si un país desea un buen destino, entonces el hombre debe postrarse a Dios para adorarle, arrepentirse y confesar delante de Él, si no, la suerte y el destino del hombre acabarán inevitablemente en catástrofe”. “Confiamos en que ningún país o poder pueda interponerse en el camino de lo que Dios quiere lograr. Aquellos que obstruyen Su obra, se resisten a Su palabra, interrumpen y perjudican Su plan serán castigados por Él en última instancia. Quien resiste la obra de Dios será enviado al infierno; cualquier país que lo haga, será destruido; cualquier nación que se levante para oponerse a la obra de Dios será barrida de esta tierra, y dejará de existir” (“Dios preside el destino de toda la humanidad” en La Palabra manifestada en carne).

¡Este gran desastre nos permite conocer el carácter justo de Dios! Que Dios se haga carne esta vez es para salvar al hombre hasta el límite extremo y, durante los desastres, será misericordioso con quienes lo aman sinceramente y claman a Él; ¡Su ira caerá sobre quienes lo desafían y son contumaces! Dios dice: “El desastre se origina en Mí y, por supuesto, Yo lo orquesto. Si no podéis parecer buenos a Mis ojos, entonces no escaparéis de sufrir el desastre” (“Deberías preparar suficientes buenas obras para tu destino” en La Palabra manifestada en carne).

Seguidamente, compartiremos con todos algunas experiencias y testimonios de los hermanos y hermanas que creen en Dios Todopoderoso en las áreas duramente afectadas de Mianzhu y Shifang en Sichuán sobre cómo los salvo Dios y sobre su maravilloso escape durante el terremoto del 12 de mayo, usando los hechos para dar testimonio: ¡las palabras de Dios son la verdad eterna inalterable!

1. El día 12 de mayo, la hermana Xiaojiang, la líder de la iglesia de Yuanmen, estaba sola en la montaña Leigu (un área duramente afectada) vareando la colza. Cuando se produjo el terremoto, sólo sintió que la tierra se movía y que la montaña se estremecía, y se mareó. Al principio del terremoto, pensó que estaba sufriendo un ataque al corazón. Un poco después, vio que a su alrededor las montañas se estaban cayendo, la tierra se estaba abriendo y la montaña temblaba de un lado para el otro sin parar. Se estaban abriendo fisuras varios metros más allá y caían rocas de la montaña directas hacia ella. Sólo entonces supo que se trataba de un terremoto; y tuvo que esquivar continuamente las rocas. Oró y clamó constantemente a Dios: “¡Oh Dios! Hoy es el día en que Tú castigas al gran dragón rojo. Yo también tengo los venenos del gran dragón rojo en mí. Normalmente no llevo a cabo muy bien mis deberes. … Si sólo pudieras calmar Tu furia hoy, independientemente de cómo me castigues, deseo obedecerte. Aunque la tierra me trague como a estos 250 líderes, Tu buena voluntad está tras ello…”. Ella oró continua y obedientemente así, y después pensó en el himno de las palabras de Dios llamado “La última obra que Dios hará en el hombre”, y su corazón se calmó. De inmediato, Xiaojiang vio con sus propios ojos los maravillosos hechos de Dios: la montaña sobre la que estaba se derrumbó; justo al lado de ella, la mitad de la montaña estaba como si la hubieran rebanado con un cuchillo y se hubiera deslizado en una línea por detrás de ella. Pero la mitad de la montaña sobre la que se encontraba Xiaojiang no cayó y ella no sufrió lesión alguna. Su familia vio de lejos que la montaña en la que Xiaojiang estaba trabajando se derrumbó y todos pensaron que ella estaba muerta. No habían esperado verla volver sana y salva, y los incrédulos dijeron: “¡Has tenido mucha suerte!”. La hermana Xiaojiang lloraba sin parar cuando contaba sus experiencias en la montaña a sus hermanos y hermanas. Muchas personas se conmovieron, y sintieron que Dios era muy todopoderoso y muy maravilloso.

2. Un hermano de la iglesia del condado de Anxian, cuyo hogar era un lugar de reunión. Él había sido un incrédulo, y aceptó la obra de Dios de los últimos días en octubre de 2007, y era un recién llegado a la iglesia. Después de aceptar la obra de Dios, fue serio en su búsqueda, y desde ese momento había llevado a cabo un deber de acogida. Durante el terremoto, la mayoría de los edificios de su aldea se derrumbaron, y los que no lo hicieron dejaron de ser seguros, pero su casa no sufrió daños. El líder de su equipo de producción estaba muy desconcertado, y le preguntó: “Tu casa no se derrumbó. ¿Cuál es el secreto?”. El hermano estaba muy contento, y entendió que Dios lo cuidaba y protegía. Él tiene ahora aún más fe, y desea continuar llevando a cabo sus deberes y difundiendo el evangelio.

3. El hermano Zhao, de 60 años de edad, de la iglesia de Chaping. El 12 de mayo, tomó el autobús de Chaping a Sangzao. Ese día, en el autobús había entre 10 y 20 personas en total. A las 14:28 horas, el autobús había llegado a un punto bajo una alta montaña cuando comenzó el terremoto. Repentinamente, la tierra tembló y las montañas se estremecieron, y cayeron rocas de la montaña como si fueran gotas de lluvia. Las rocas caídas bloquearon la carretera por delante y por detrás, y el techo del autobús quedó aplastado. En el interior del autobús, todo era caos y confusión y todos intentaban salir desesperadamente, corriendo y clamando al cielo y la tierra, algunos clamaban a los cielos, otros al Buda… En ese momento, el hermano Zhao dijo: “Estáis clamando a las cosas incorrectas. ¡Debéis clamar a Dios Todopoderoso!”. Sin embargo, sólo estaban preocupados por escapar del autobús y salvar su vida, y nadie le prestó atención alguna. En un santiamén todas las personas del autobús habían escapado, y sólo el hermano Zhao permaneció en el mismo, clamando a Dios Todopoderoso. Algunas de las personas que habían conseguido salir murieron y otras quedaron heridas por las rocas que caían; todos los heridos pensaron que el hermano Zhao debía de haber muerto sin duda. Al final, justo después de que el terremoto terminara, éste salió del autobús sin un rasguño. Los incrédulos estaban todos asombrados. Pensaban que el hecho de que el hermano Zhao hubiera podido salir de ese entorno sin un solo rasguño era verdaderamente un milagro. Después de preguntarle por las razones de su milagroso escape, todos empezaron a seguir a Dios Todopoderoso. Varios días más tarde, el hermano Zhao y entre 10 y 20 incrédulos caminaron hasta el pie de una montaña alta. A causa de las réplicas, seguían cayendo rocas de la cima de la montaña y, como el camino era largo, los demás no se atrevieron a ir más lejos. En la confusión, sin saber nadie qué era lo mejor que podían hacer, el hermano Zhao gritó bien alto: “Haced como ordeno. No claméis a los cielos y mucho menos al Buda. ¡Clamad todos a Dios Todopoderoso!”. Al final, el grupo de personas hizo caso a las palabras del hermano Zhao y clamó a Dios Todopoderoso, y por tanto recorrió el camino sano y salvo.

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