Hermanos y hermanas, ¿es su deseo más ansioso recibir el regreso del Salvador? Sin duda, dirán que sí. Entonces, ¿han descubierto que las señales de la venida del Señor se han cumplido? Tal como el Señor Jesús dijo: “Pero como fue en los días de Noé, así será la venida del Hijo del hombre” (Lucas 17:26). La Escritura nos dice que el día del regreso del Señor es cuando los días de Noé reaparecerán. Mirando hacia atrás en la época de Noé, las personas eran malvadas y corruptas, el mundo estaba lleno de inmundicia y violencia e idolatría, y nadie adoró a Dios. Debido a sus malas acciones que habían llegado a los ojos de Dios, y al final Él usó el diluvio para destruir esa malvada y corrupta humanidad que sin pensar en el arrepentimiento. En la sociedad actual, el hombre también le preocupa sólo comer, beber, buscar el placer y dar rienda suelta a los deseos de la carne, e incluso los creyentes tampoco pueden mantener las enseñanzas del Señor, siguiendo la tendencia malvada y viviendo en el pecado.
Estos fenómenos muestran que el Hijo del hombre vendrá cuando el mal y la corrupción de la humanidad alcancen su punto máximo en los últimos días. La expresión “Hijo del hombre” se refiere a aquel que nace de un ser humano y tiene una humanidad normal. Por tanto, no se puede denominar “Hijo del hombre” al Espíritu. Por ejemplo, Jehová Dios es Espíritu y por eso, Él no puede ser llamado “Hijo del hombre”. Al Señor Jesús encarnado se le llamó “Hijo del hombre” y “Cristo” porque Él era la carne encarnada del Espíritu de Dios que se convirtió en un hombre normal y corriente y vivió entre los hombres. Así pues, cuando el Señor Jesús dijo “el Hijo del hombre” y “viene el Hijo del hombre”, se refería a la venida de Dios a través de Su encarnación en los últimos días.
Ahora el Salvador ya ha regresado, Él es Dios Todopoderoso encarnado. En muchas plataformas sociales, se puede escuchar la buena noticia de que el Señor ha vuelto para salvar al hombre. El Señor Jesús dijo: “Y a la medianoche se oyó un grito: Mirad, llegó el novio, salid a recibirle” (Mateo 25: 6). “Mirad, Yo estoy a la puerta y toco; si alguien escucha Mi voz y abre la puerta, vendré a él y comeré con él y él conmigo” (Apocalipsis 3:20). Al oír a alguien testificar que el Señor ha regresado, debemos buscar e investigar con humildad y aceptar la salvación de Dios en los últimos días. Solo así podremos ser salvados por Dios y entrar a la próxima era.
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