¿Cómo la encarnación de Dios para la realización de Su obra de juicio pone fin a la creencia de la humanidad en el Dios vago y a la era oscura del dominio de
Satanás?
Versículo(s) bíblico(s) para referencia:
"Y acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Jehová por cabeza de los montes, y será ensalzado sobre los collados, y correrán á él todas las gentes. Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, á la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará en sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sión saldrá la ley, y de Jerusalem la palabra de Jehová. Y juzgará entre las gentes, y reprenderá á muchos pueblos; y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces: no alzará espada gente contra gente, ni se ensayarán más para la guerra. Venid, oh casa de Jacob, y caminemos á la luz de Jehová" (Isaías 2:2-5).
Palabras relevantes de Dios:
La llegada del Dios encarnado de los últimos días ha puesto fin a la Era de la Gracia. Él ha venido principalmente a hablar Sus palabras, a usar palabras para perfeccionar al hombre, para
iluminarlo y esclarecerlo, y eliminar el lugar del Dios vago en su corazón. Esta no es la etapa de la obra que Jesús realizó cuando vino. Cuando Él vino, llevó a cabo muchos milagros, curó y echó
fuera demonios, e realizó la obra de redención de la crucifixión. Como consecuencia, en sus concepciones, el hombre cree que así es como Dios debería ser. Porque cuando Jesús vino, no llevó a
cabo la obra de eliminar la imagen del Dios vago del corazón del hombre; cuando vino, fue crucificado, curó y echó fuera demonios, y difundió el evangelio del reino de los cielos. En un aspecto, la encarnación de Dios durante los últimos días elimina el lugar ocupado por el Dios vago en las
concepciones del hombre, de tal forma que la imagen del mismo ya no está más en su corazón. Usando Sus palabras y Su obra reales, se mueve por todas las tierras, y la obra que realiza entre el
hombre es excepcionalmente real y normal, de manera que este llega a conocer la realidad de Dios, y el Dios vago pierde su lugar en el corazón del hombre. En otro aspecto, Dios usa las palabras
habladas por Su carne para hacer completo al hombre, y cumplir todas las cosas. Esta es la obra que Dios cumplirá durante los últimos días.
de ‘Conocer la obra de Dios hoy’ en “La Palabra manifestada en carne”
Solo hoy, cuando vengo personalmente en medio del hombre y hablo Mis palabras, el hombre tiene un poco de conocimiento de Mí, eliminando el sitio para “Mí” en sus pensamientos, creando en su
lugar otro para el Dios práctico en su conciencia. El hombre tiene ideas y está lleno de curiosidad; ¿quién no querría ver a Dios? ¿Quién no querría encontrarse con Él? No obstante, la única cosa
que ocupa un lugar definido en el corazón del hombre es el Dios que este siente que es confuso y abstracto. ¿Quién se daría cuenta de esto si Yo no se lo dijera claramente? ¿Quién creería
verdaderamente que Yo existo realmente? ¿Seguro sin un atisbo de duda? Existe una inmensa diferencia entre el “Mi” en el corazón del hombre y el “Mi” de la realidad, y nadie es capaz de
establecer comparaciones entre ellos. Si Yo no me hubiera hecho carne, el hombre nunca me habría conocido, e incluso si hubiera llegado a hacerlo, ¿no seguiría siendo tal conocimiento una
idea?
Como el hombre ha sido tentado y corrompido por Satanás, como ha sido absorbido por el pensamiento de ideas, me he hecho carne con el fin de conquistar personalmente a toda la humanidad,
descubrir todas las ideas del hombre y destrozar su pensamiento. Como consecuencia, este ya no se pavonea delante de Mí ni me sirve más usando sus propios conceptos; por consiguiente, el “Mí” de
sus ideas se descarta completamente.
de ‘La undécima declaración’ de las declaraciones de Dios al universo entero en “La Palabra manifestada en carne”
En la construcción del reino Yo actúo directamente en Mi divinidad, y permito que todas las personas sepan lo que tengo y soy sobre la base del conocimiento de Mis palabras, lo que les permite alcanzar ultimadamente el conocimiento de Mí que se encuentra en la carne. De este modo llega a su fin toda la búsqueda de la humanidad por un Dios difuso, y le pone fin al lugar del “Dios en el cielo” en el corazón del hombre, lo que quiere decir, que le permite al hombre conocer Mis obras en Mi carne, y así concluye Mi época en la tierra.
de ‘La octava declaración’ de las declaraciones de Dios al universo entero en “La Palabra manifestada en carne”
Para todos aquellos que viven en la carne, cambiar su carácter requiere metas que perseguir, y conocer a Dios exige ser testigos de los hechos reales y del rostro real de Dios. Ambas cosas solo las puede lograr la carne encarnada de Dios y solo las puede conseguir la carne normal y real. Por esta razón, la encarnación es necesaria y toda la humanidad la necesita. Ya que a las personas se les pide que conozcan a Dios, las imágenes de Dioses ambiguos y sobrenaturales deben ser disipadas de sus corazones, y ya que se les pide que desechen su carácter corrupto, primero deben conocer su carácter corrupto. Si el hombre solo hace la obra para disipar las imágenes de los Dioses vagos de los corazones de las personas, entonces fracasará en conseguir el efecto correcto. Las imágenes de los Dioses ambiguos que están en los corazones de las personas no se pueden exponer, desechar o expulsar por completo solo con palabras. Al hacerlo así, a la larga no será posible disipar estas cosas que están profundamente arraigadas en las personas. Solo el Dios práctico y la verdadera imagen de Dios pueden reemplazar estas cosas vagas y sobrenaturales para permitirles a las personas conocerlas poco a poco, y solo de esta manera se puede lograr el efecto debido. El hombre reconoce que el Dios al que buscó en tiempos pasados es ambiguo y sobrenatural. Lo que puede lograr este efecto no es la guía directa del Espíritu, mucho menos las enseñanzas de un cierto individuo, sino el Dios encarnado. Las concepciones del hombre se ponen al descubierto cuando el Dios encarnado hace de manera oficial Su obra, porque la normalidad y la realidad del Dios encarnado es la antítesis del Dios ambiguo y sobrenatural que hay en la imaginación del hombre. Las concepciones originales del hombre solo se pueden revelar por medio de su contraste con el Dios encarnado. Sin la comparación con el Dios encarnado, las concepciones del hombre no se podrían revelar; en otras palabras, sin el contraste con la realidad las cosas vagas no se podrían revelar. Nadie es capaz de usar palabras para hacer esta obra y nadie es capaz de articular esta obra usando palabras. Solo Dios mismo puede hacer Su propia obra y nadie más puede hacer esta obra en Su nombre. No importa qué tan rico sea el lenguaje del hombre, es incapaz de articular la realidad y la normalidad de Dios. El hombre solo puede conocer a Dios de una manera más práctica y solo lo puede ver con mayor claridad si Dios personalmente obra entre los hombres y muestra por completo Su imagen y Su ser. Este efecto no lo puede lograr ningún hombre carnal. Por supuesto, el Espíritu de Dios también es incapaz de lograr este efecto.
de ‘La humanidad corrupta está más necesitada de la salvación del Dios hecho carne’ en “La Palabra manifestada en carne”
Cuando Dios obra en Su carne, los que lo siguen ya no buscan y andan a tientas por esas cosas vagas y ambiguas y dejan de adivinar la voluntad del Dios ambiguo… El Espíritu no es palpable para el hombre y es invisible para el hombre, y la obra del Espíritu es incapaz de dejarle al hombre cualquier otra prueba o hechos de la obra de Dios. El hombre nunca contemplará el verdadero rostro de Dios y siempre creerá en un Dios ambiguo que no existe. El hombre nunca contemplará el rostro de Dios ni nunca escuchará las palabras que Dios habló personalmente. Las imaginaciones del hombre son, después de todo, huecas y no pueden reemplazar el verdadero rostro de Dios; el carácter inherente de Dios y la obra de Dios mismo el hombre no las puede imitar. El Dios invisible en el cielo y Su obra solo pueden ser traídos a la tierra por el Dios encarnado que personalmente hace Su obra entre los hombres. Esta es la manera más ideal en la que Dios se aparece al hombre, en la que el hombre ve a Dios y llega a conocer el verdadero rostro de Dios, y esto no lo puede lograr un Dios no encarnado.
de ‘La humanidad corrupta está más necesitada de la salvación del Dios hecho carne’ en “La Palabra manifestada en carne”
Cuando todas las personas tengan un mayor conocimiento de Mí después de aceptar Mis declaraciones es el tiempo cuando Mi pueblo me vive, es el tiempo cuando Mi obra en la carne se completa y el tiempo cuando Mi divinidad se vive por completo en la carne. En este momento, todas las personas tratarán de conocerme en la carne y serán verdaderamente capaces de decir que Dios aparece en la carne y este será el “fruto”… En última instancia, el pueblo de Dios podrá darle a Dios alabanza que es verdadera, no forzada, y que surge de sus corazones. Esto es lo que está en el corazón del plan de gestión de 6.000 años de Dios. Es decir, es la cristalización de este plan de gestión de 6.000 años: dejar que todas las personas conozcan la importancia de la encarnación de Dios, dejándolas conocer prácticamente a Dios hecho carne, es decir, las obras de Dios en la carne, para que nieguen al Dios ambiguo y conozcan al Dios que es de hoy y también de ayer y, más que eso, de mañana, quien real y verdaderamente ha existido desde el siglo y hasta el siglo. ¡Sólo entonces entrará Dios en el reposo!
de ‘Interpretación de la tercera declaración’ en “La Palabra manifestada en carne”
El Dios encarnado da fin a la época cuando solo la espalda de Jehová aparecía a la humanidad y también concluye la época en que la humanidad tenía la creencia en el Dios ambiguo. En particular, la obra del último Dios encarnado trae a toda la humanidad a una época más realista, más práctica y más agradable. Él no solo concluye la época de la ley y la doctrina; de mayor importancia aún, revela a la humanidad un Dios que es real y normal, que es justo y santo, que abre la obra del plan de gestión y demuestra los misterios y el destino de la humanidad, que creó a la humanidad y da fin a la obra de gestión y que ha permanecido oculto por miles de años. Da fin por completo a la época de ambigüedad y concluye la época en la que toda la humanidad deseaba buscar el rostro de Dios pero no era capaz de hacerlo, termina la época en la que toda la humanidad servía a Satanás y guía a toda la humanidad hasta el final a una era completamente nueva. Todo esto es el resultado de la obra de Dios en la carne en vez de la del Espíritu de Dios.
de ‘La humanidad corrupta está más necesitada de la salvación del Dios hecho carne’ en “La Palabra manifestada en carne”
La llegada de Dios en la carne tiene lugar principalmente para permitir a las personas ver Sus hechos reales, para materializar el Espíritu sin forma en la carne, y permitir que las personas lo vean y lo toquen. De esta forma, aquellos a los que Él ya ha hecho completos harán de Él una realidad; Él los ganará, y serán conforme a Su corazón. Si Dios solo hablara en el cielo, y no viniera realmente a la tierra, las personas seguirían siendo incapaces de conocerle; solo podrían predicar Sus hechos usando teoría vacía, y no tendrían Sus palabras como una realidad. Dios ha venido a la tierra principalmente para actuar como un ejemplo y un modelo para aquellos a quienes Él debe ganar; solo de esta forma pueden las personas conocer realmente a Dios, tocarlo y verlo, y solo entonces puede Dios ganarlos de verdad.
de ‘Deberías saber que el Dios práctico es Dios mismo’ en “La Palabra manifestada en carne”
Tras la finalización de Mis palabras, el reino se forma poco a poco en la tierra y el hombre regresa gradualmente a la normalidad, y por ende se establece en la tierra el reino que yace en Mi corazón. En el reino, todo el pueblo de Dios recupera la vida del hombre normal. Se ha ido el invierno helado, reemplazado por un mundo de ciudades primaverales, donde la primavera perdura todo el año. Ya la gente no se enfrenta con el mundo sombrío y miserable del hombre, ya no sufre el frío escalofriante del mundo del hombre. La gente ya no pelea entre sí, los países ya no se enfrentan en guerras, ya no hay más matanza y la sangre que fluye de la matanza; todas las tierras están llenas de felicidad, y en todas partes rebosa el calor entre los hombres.
de ‘La vigésima declaración’ de las declaraciones de Dios al universo entero en “La Palabra manifestada en carne”
Cuando asumo Mi poder y reino como Rey en el reino, haré completo a todo Mi pueblo a lo largo del tiempo. Cuando todas las naciones del mundo sean trastornadas, será precisamente cuando Mi reino se establecerá y se formará, y también cuando Yo seré transfigurado y me volveré a todo el universo. En ese momento, todas las personas verán Mi glorioso rostro, Mi verdadera faz.
de ‘La decimocuarta declaración’ de las declaraciones de Dios al universo entero en “La Palabra manifestada en carne”
Al final, quemará todo lo impuro e impío del hombre en todo el universo, para mostrarle que Él no es solo un Dios de compasión, misericordia, sabiduría, maravillas y santidad, sino aún más, es un Dios que juzga al hombre. Para los malos entre la humanidad, Él es fuego, juicio y castigo; para aquellos que deben ser perfeccionados, Él es tribulación, refinamiento, y prueba, así como consuelo, sustento, provisión de palabras, trato y poda. Y para los que son eliminados, Él es castigo, así como retribución.
de ‘Las dos encarnaciones completan el sentido de la encarnación’ en “La Palabra manifestada en carne”
Cuando las naciones y los pueblos del mundo regresen todos delante de Mi trono, tomaré de inmediato toda la abundancia del cielo y la concederé al mundo humano, de manera que, gracias a Mí,
rebosará de una abundancia sin igual. No obstante, mientras el viejo mundo continúe existiendo, lanzaré Mi furia sobre sus naciones, promulgando abiertamente Mis decretos administrativos por todo
el universo, y enviaré castigo a quien los viole:
Cuando vuelvo Mi rostro al universo para hablar, toda la humanidad oye Mi voz, y ve inmediatamente todas las obras que en todo el universo Yo he forjado. Los que van en contra de Mi voluntad, es
decir, los que se oponen a Mí con los hechos del hombre, caerán bajo Mi castigo. Yo tomaré las numerosísimas estrellas de los cielos y las haré de nuevo; gracias a Mí el sol y la luna serán
renovados, los cielos ya no serán más como eran; las innumerables cosas sobre la tierra serán renovadas. Todas serán completadas por medio de Mis palabras. Las muchas naciones del universo serán
divididas de nuevo y sustituidas por la mía, de forma que las naciones sobre la tierra desaparecerán para siempre y serán una sola que me adore; todas las naciones de la tierra serán destruidas,
y dejarán de existir. De los seres humanos del universo, todos los pertenecientes al diablo serán exterminados; Mi fuego ardiente abatirá a todos los que adoran a Satanás, es decir que, excepto
los que están ahora dentro de la corriente, el resto quedará reducido a cenizas. Cuando Yo castigue a los muchos pueblos, los del mundo religioso regresarán en grados diferentes a Mi reino,
conquistados por Mis obras, porque habrán visto la llegada del “Santo cabalgando sobre una nube blanca”. Toda la humanidad seguirá a su propia especie, y recibirá castigos que variarán según lo
que hayan hecho. Todos los que se han levantado contra Mí perecerán; en cuanto a aquellos cuyos hechos sobre la tierra no me han involucrado, seguirán existiendo en la tierra bajo el gobierno de
Mis hijos y Mi pueblo gracias a cómo se han absuelto ellos mismos. Yo me revelaré a las innumerables personas y naciones, resonando con Mi propia voz sobre la tierra para proclamar la terminación
de Mi gran obra, para que toda la humanidad la vea con sus propios ojos.
de ‘La vigésima sexta declaración’ de las declaraciones de Dios al universo entero en “La Palabra manifestada en carne”
En el reino, la vida del pueblo de Dios, con Dios, es incomparablemente feliz. Las aguas bailan por las vidas benditas de los pueblos, las montañas disfrutan Mi abundancia con los pueblos. Todos los hombres se esfuerzan, trabajan duro, muestran su lealtad a Mi reino. En el reino, ya no hay rebelión, no más resistencia; los cielos y la tierra dependen el uno del otro, el hombre y Yo somos cercanos y sentimos profundamente, a través de las felicidades de la vida, que nos confundimos en uno.… En este momento, comienzo formalmente la vida celestial. Ya no existe la interferencia de Satanás y los pueblos entran en reposo. En todo el universo, Mi pueblo escogido vive en Mi gloria, bendecido más allá de toda comparación, no como personas que viven entre personas, sino como personas que viven con Dios.
de ‘¡Pueblos todos! ¡Alegraos!’ de las declaraciones de Dios al universo entero en “La Palabra manifestada en carne”
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