Reflexion del evangelio de hoy
Jesucristo testificó que Él es el Dios mismo encarnado en este versículo. En la Biblia dijo más de una vez: "Yo estoy en el Padre, y el Padre
en mí", y también dijo: "Yo y el Padre somos uno" (Juan 10:30). Obviamente, Él es el Espíritu de Dios encarnado, es la aparición
de Dios mismo, y el Dios único mismo. La apariencia externa de Cristo parece ordinaria y normal, pero Él es la encarnación del Espíritu de Dios. Él
expresa la verdad, lleva a cabo la obra de Dios mismo para redimir y salvar a la humanidad. Los seres humanos nunca han concebido que el Dios supremo esté encarnado para ser hombre. El Señor
Jesús también nos dijo que si queremos conocer al Dios encarnado, debemos conocerlo por Sus hechos y Su obra.
Tal como un libro dice: “El Dios encarnado se llama Cristo y Cristo es la carne que se viste con el Espíritu de Dios. Esta carne es diferente de
cualquier hombre que es de la carne. La diferencia es porque Cristo no es de carne y sangre, sino que es la personificación del Espíritu. Tiene tanto una humanidad normal como una divinidad
completa. Su divinidad no la posee ningún hombre. Su humanidad normal sustenta todas Sus actividades normales en la carne mientras que Su divinidad lleva a cabo la obra de Dios mismo. Sea Su
humanidad o Su divinidad, ambas se someten a la voluntad del Padre celestial. La esencia de Cristo es el Espíritu, es decir, la divinidad. Por lo tanto, Su esencia es la de Dios mismo;
[...]” "Aquel que es la encarnación de Dios tendrá Su esencia, y Aquel que es la encarnación de Dios
tendrá Su expresión. Haciéndose carne, Dios traerá la obra que debe hacer, y haciéndose carne expresará lo que Él es; será, asimismo, capaz de traer la verdad al hombre, de concederle la vida, y
de mostrarle el camino. La carne que no contiene la esencia de Dios seguramente no es el Dios encarnado; de esto no hay duda. Para investigar si es la carne encarnada de Dios, el hombre debe
determinarlo a partir del carácter que Él expresa y de las palabras que Él habla. Es decir, si es o no la carne encarnada de Dios, y si es o no el camino verdadero, debe discernirse a partir de
Su esencia. Y así, para determinar[a] si es o no la carne de Dios encarnado, la clave está en prestar atención a Su esencia (Su obra, Sus palabras, Su carácter, y mucho más), en lugar de fijarse
en Su apariencia exterior. Si el hombre sólo ve Su apariencia exterior, y pasa por alto Su esencia, demostrará la ignorancia y la ingenuidad del hombre".
Recomendación:Estudios bíblicos profundos
Versículo Bíblico ilustrado sobre evangelio de hoy
Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.
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