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¿Qué es conocer a Dios? ¿Se puede considerar como conocimiento de Dios un entendimiento del conocimiento bíblico y de la teoría teológica?

Las palabras relevantes de Dios:

 

¿Qué significa conocer a Dios? Significa que el hombre conoce la alegría, el enojo, la tristeza y la felicidad de Dios; esto es conocer a Dios. Dices que has visto a Dios, pero no entiendes la alegría, el enojo, la tristeza y la felicidad de Dios; no entiendes Su carácter y tampoco entiendes Su justicia. No tienes entendimiento de Su misericordia y no sabes lo que le gusta o lo que detesta. Esto no es tener conocimiento de Dios. Por tanto, alguna gente es capaz de seguir a Dios, pero no son necesariamente capaces de creer en Él con sinceridad; ahí está la diferencia. Si lo conoces, lo entiendes y puedes comprender parte de Su voluntad, entonces puedes creer verdaderamente en Él, someterte verdaderamente a Él, amarlo verdaderamente y adorarlo verdaderamente. Si no entiendes estas cosas, entonces sólo eres un seguidor, alguien que sólo corre y sigue a la multitud. No puede decirse que eso sea sumisión o adoración verdaderas. ¿Cómo surge la verdadera adoración? No hay nadie que verdaderamente conozca y vea a Dios que no lo adore, que no lo venere. Todos deben postrarse y adorarle. Actualmente, en la época de la obra de Dios encarnado, cuanto más entendimiento tengan las personas del carácter de Dios encarnado y de lo que Él tiene y es, más lo atesoran y lo veneran. Generalmente, un menor entendimiento significa más descuido y que Dios sea tratado como humano. Si las personas realmente conocen a Dios y lo ven, temblarán de miedo. ¿Por qué dijo Juan “El que viene después de mí, cuyos zapatos yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo”?* Aunque no tenía un entendimiento muy profundo en su corazón, él sabía que Dios es magnífico. ¿Cuántas personas pueden venerar a Dios ahora? Sin conocer Su carácter, ¿cómo podría alguien venerarlo? Si las personas no conocen la esencia de Cristo y no entienden el carácter de Dios, son todavía menos capaces de adorar verdaderamente a Dios. Si las personas ven únicamente la apariencia externa común y normal de Cristo y no conocen Su esencia, es fácil que traten a Cristo como si fuera un hombre común. Pueden adoptar una actitud irreverente hacia Él, engañarle, oponerse a Él, desobedecerle y pronunciar un juicio sobre Él. Pueden pensar que ellos están en lo correcto y considerar que Su palabra es insignificante, albergar nociones acerca de Dios y condenarlo y blasfemar contra Él. Para resolver estos asuntos, una persona debe conocer la esencia de Cristo, la divinidad de Cristo. Este es el principal aspecto de conocer a Dios; es en lo que todos los que creen en el Dios práctico deben entrar y deben lograr.

 

Extracto de ‘Cómo conocer a Dios encarnado’ en “Registros de las pláticas de Cristo”

 

[Conocer al Dios práctico] implica saber y experimentar Sus palabras, así como comprender las normas y los principios de la obra del Espíritu Santo, y cómo obra el Espíritu de Dios en la carne, también incluye saber que el Espíritu gobierna toda acción de Dios en la carne, y que las palabras que pronuncia son la expresión directa del Espíritu. Por tanto, si deseas conocer al Dios práctico, debes saber principalmente cómo obra Él en la humanidad y en la divinidad; esto, a su vez, concierne a las expresiones del Espíritu, con las que todas las personas tienen contacto.

 

Extracto de ‘Deberías saber que el Dios práctico es Dios mismo’ en “La Palabra manifestada en carne”

 

El proceso de conocer las palabras de Dios es el de conocerle a Él, y también el de conocer Su obra. Por tanto, conocer las visiones no sólo alude a conocer la humanidad del Dios encarnado, sino que también incluye conocer las palabras y la obra de Dios. De Sus palabras, las personas llegan a entender Su voluntad y, a partir de la obra de Dios, a conocer Su carácter y lo que Él es. Creer en Dios es el primer paso para conocerle. El proceso de avanzar desde la creencia inicial en Dios hasta llegar a una más profunda es el proceso de conocerle y de experimentar Su obra. […] Conocer a Dios incluye conocer Su carácter, entender Su voluntad y saber lo que Él es. A pesar de ello, cualquiera que sea el aspecto de conocer a Dios, cada uno de ellos requiere que el hombre pague un precio y exige la voluntad de obedecer, sin la cual nadie sería capaz de seguir hasta el final.

 

Extracto de ‘Sólo aquellos que conocen a Dios pueden dar testimonio de Él’ en “La Palabra manifestada en carne”

 

Conocer las acciones prácticas de Dios, conocer la realidad de Dios y Su omnipotencia, la verdadera identidad de Dios mismo, lo que Él tiene y es, lo que ha demostrado entre todas las cosas, todo esto es muy importante para cada persona que busca el conocimiento de Dios. Todo esto tiene una relevancia directa sobre el hecho de que las personas puedan entrar en la realidad de la verdad. Si limitas tu entendimiento de Dios a meras palabras, si lo limitas a tus propias y pequeñas experiencias, a la gracia de Dios con la que cuentas o a tus pequeños testimonios de Él, entonces digo que el Dios en el que tú crees no es, de ninguna manera, el Dios verdadero mismo, y también puede decirse que el Dios en el que crees es un Dios imaginario, no el Dios verdadero. Esto se debe a que el Dios verdadero es el Único que domina, sobre todo, que camina entre todas las cosas, que lo administra todo. Él es aquel que controla el destino de toda la humanidad; aquel que controla el destino de todo. La obra y las acciones del Dios del que estoy hablando no están limitadas solamente a una pequeña parte de las personas. Esto es, no están limitadas solamente a las personas que lo siguen a Él en la actualidad. Sus acciones se demuestran en medio de todas las cosas, en la supervivencia de estas y en las leyes de cambio de todas las cosas.

 

Si no puedes ver o reconocer ninguna acción de Dios entre todas las cosas, tampoco puedes dar testimonio de ninguna de ellas. Si no puedes dar ningún testimonio de Dios, si sigues hablando del pretendido y pequeño Dios que conoces, ese Dios que está limitado a tus propias ideas y que está dentro de tu mente estrecha, si sigues hablando de esa clase de Dios, entonces Dios nunca alabará tu fe. Cuando das testimonio de Dios, si sólo te basas en cómo disfrutas de Su gracia, cómo aceptas Su disciplina y Su castigo, y cómo disfrutas de Sus bendiciones en tu testimonio de Él, eso es inmensamente inadecuado, y está lejos de satisfacerle. Si quieres dar testimonio de Dios de una forma que concuerde con Su voluntad, dar testimonio del verdadero Dios mismo, entonces debes ver lo que Él tiene y es a partir de Sus acciones. Debes ver la autoridad de Dios en Su control de todas las cosas y ver la verdad de cómo provee Él para toda la humanidad. Si sólo reconoces que tu comida y bebida diarias, así como tus necesidades en la vida proceden de Dios, pero no ves la verdad de que Él provee para toda la humanidad por medio de todas las cosas, que Él dirige a la humanidad por medio de Su gobierno de todas las cosas, nunca serás capaz de dar testimonio de Él.

 

Extracto de ‘Dios mismo, el único IX’ en “La Palabra manifestada en carne”

 

Ahora lo que les falta a todos los hombres es el conocimiento de la obra de Dios. El hombre no comprende ni entiende exactamente qué constituyen los hechos de Dios en el hombre, toda Su obra, y Su voluntad desde la creación del mundo. Esta deficiencia no se ve simplemente a lo largo del mundo religioso, sino además en todos los creyentes de Dios. Cuando llegue el día en que contemples verdaderamente a Dios y seas consciente de Su sabiduría; cuando veas todos los hechos de Dios y reconozcas qué es y tiene Él; cuando veas Su abundancia, sabiduría, maravilla, y toda Su obra en el hombre, entonces es cuando habrás alcanzado la fe exitosa en Dios. Cuando se dice que Él lo engloba todo y es abundante en gran manera, ¿qué quiere decirse con que lo engloba todo? ¿Y con la abundancia? Si no entiendes esto, entonces no se te puede considerar un creyente de Dios.

 

Extracto de ‘Todos los que no conocen a Dios son los que se oponen a Él’ en “La Palabra manifestada en carne”

 

Por mucho entendimiento que el hombre tenga de la Biblia, sigue sin ser nada más que palabras, porque el hombre no entiende la esencia de la Biblia. Cuando el hombre lee la Biblia, puede recibir algunas verdades, explicar algunas palabras o escrutar algunos pasajes y citas famosos, pero nunca podrá desenredar el significado contenido en esas palabras, porque todo lo que el hombre ve son palabras muertas, no las escenas de la obra de Jehová y Jesús, y el hombre es incapaz de descifrar el misterio de esa obra. Por tanto, el misterio del plan de gestión de seis mil años es el más grande, el más oculto y totalmente inconcebible para el hombre. Nadie puede entender directamente la voluntad de Dios, a no ser que Él mismo la explique y la abra al hombre, porque de lo contrario seguirán siendo por siempre un acertijo y misterios sellados para el hombre. No se preocupen los del mundo religioso; si no se os dijese hoy, ninguno de vosotros sería capaz de entender.

 

Extracto de ‘El misterio de la encarnación (4)’ en “La Palabra manifestada en carne”

 

Muchas personas creen que entender y ser capaz de interpretar la Biblia es lo mismo que encontrar el camino verdadero; pero en realidad, ¿son las cosas tan simples? Nadie conoce la realidad de la Biblia: que no es nada más que un registro histórico de la obra de Dios, y un testimonio de las dos etapas anteriores de la misma, y no te ofrece un entendimiento de los objetivos de la obra de Dios. Todo aquel que ha leído la Biblia sabe que documenta las dos etapas de la obra de Dios durante la Era de la Ley y la de la Gracia. El Antiguo Testamento registra la historia de Israel y la obra de Jehová desde la época de la creación hasta el final de la Era de la Ley. El Nuevo Testamento registra la obra de Jesús sobre la tierra, que se encuentra en los Cuatro Evangelios, así como la obra de Pablo; ¿no son registros históricos? Mencionar hoy las cosas del pasado las hace historia, y no importa cuán verdaderas o reales puedan ser, siguen siendo historia, y la historia no puede ocuparse del presente. ¡Porque Dios no mira atrás en la historia! Así pues, si sólo entiendes la Biblia, y no entiendes nada de la obra que Dios pretende hacer hoy, y si crees en Dios pero no buscas la obra del Espíritu Santo, entonces no entiendes lo que significa buscar a Dios. Si lees la Biblia con el fin de estudiar la historia de Israel, de investigar la historia de la creación de todos los cielos y la tierra, no crees en Dios. Pero hoy, como crees en Él y buscas la vida, como persigues el conocimiento de Dios y no letras y doctrinas muertas ni un entendimiento de la historia, debes buscar la voluntad de Dios hoy, así como la dirección de la obra del Espíritu Santo. Si fueras arqueólogo podrías leer la Biblia; pero no lo eres. Eres uno de esos que creen en Dios, y más te vale buscar Su voluntad de hoy.

 

Extracto de ‘Relativo a la Biblia (4)’ en “La Palabra manifestada en carne”

 

Las personas que han sido corrompidas y todas viven en la trampa de Satanás, en la carne, en los deseos egoístas y ni una sola entre ellas es compatible conmigo. Están las que dicen que son compatibles conmigo, pero que adoran ídolos vagos. Aunque reconocen que Mi nombre es santo, se embarcan en un camino que va en contra de Mí y sus palabras están llenas de arrogancia y autoconfianza porque, en la raíz, todos están en contra de Mí y son incompatibles conmigo. Todos los días buscan rastros de Mí en la Biblia y encuentran al azar pasajes “adecuados” que leen interminablemente y que recitan como las escrituras. No saben cómo ser compatibles conmigo, no saben qué significa estar en enemistad conmigo y sólo leen las escrituras a ciegas. Confinan dentro de la Biblia a un Dios vago al que nunca han visto y al que son incapaces de ver y lo sacan para contemplarlo durante su tiempo libre. Creen en Mi existencia sólo dentro del alcance de la Biblia. Para ellos, Yo soy lo mismo que la Biblia; sin la Biblia Yo no existo y sin Mí no existe la Biblia. No prestan atención a Mi existencia o acciones, sino que dedican una atención extrema y especial a todas y a cada una de las palabras de las Escrituras, y muchos de ellos incluso creen que Yo no debería hacer nada que quisiera a menos que las Escrituras lo predijeran. Le atribuyen demasiada importancia a las Escrituras. Se puede decir que ven las palabras y expresiones como demasiado importantes, hasta el punto de que usan versículos de la Biblia para medir cada palabra que digo y para condenarme. Lo que buscan no es el camino de la compatibilidad conmigo, o el camino de la compatibilidad con la verdad, sino el camino de la compatibilidad con las palabras de la Biblia, y creen que cualquier cosa que no se ciña a la Biblia, sin excepción, no es Mi obra. ¿No son esas personas los descendientes sumisos de los fariseos? Los fariseos judíos usaron la ley de Moisés para condenar a Jesús. No buscaron la compatibilidad con el Jesús de ese tiempo, sino que diligentemente siguieron la ley al pie de la letra, hasta el grado de que finalmente clavaron en la cruz al Jesús inocente, habiéndolo acusado de no seguir la ley del Antiguo Testamento y de no ser el Mesías. ¿Cuál era su esencia? ¿No era que no buscaban el camino de la compatibilidad con la verdad? Se obsesionaron con todas y cada una de las palabras de las Escrituras mientras que no prestaron atención a Mi voluntad ni a los pasos ni métodos de Mi obra. No eran personas que buscaran la verdad, sino que eran personas que se aferraban a las palabras; no eran personas que creyeran en Dios, sino personas que creían en la Biblia. En esencia, eran los guardianes de la Biblia. Con el fin de salvaguardar los intereses de la Biblia, de sostener la dignidad de la Biblia y de proteger la reputación de la Biblia, llegaron tan lejos que clavaron en la cruz al misericordioso Jesús. Lo hicieron solamente en aras de defender la Biblia y por el bien de mantener el estatus de todas y cada una de las palabras de la Biblia en los corazones de las personas. Así que prefirieron abandonar su futuro y la ofrenda por el pecado para condenar a muerte a Jesús, que no se conformaba a la doctrina de las Escrituras. ¿No fueron lacayos de todas y cada una de las palabras de las Escrituras?

 

¿Y qué pasa hoy con las personas? Cristo ha llegado para liberar la verdad, pero preferirían expulsarlo de entre los hombres con el fin de poder entrar al cielo y recibir la gracia. Preferirían negar por completo la venida de la verdad con el fin de salvaguardar los intereses de la Biblia, y preferirían clavar otra vez en la cruz al Cristo encarnado de nuevo con el fin de asegurar la existencia eterna de la Biblia. ¿Cómo puede el hombre recibir Mi salvación cuando su corazón es tan malvado y su naturaleza tan opuesta a Mí? Vivo entre los hombres, pero el hombre no sabe de Mi existencia. Cuando hago brillar Mi luz sobre el hombre, todavía sigue ignorando Mi existencia. Cuando desato Mi ira sobre el hombre, niega Mi existencia aun con mayor fuerza. El hombre busca la compatibilidad con las palabras, con la Biblia, pero ni una sola persona viene ante Mí para buscar el camino de la compatibilidad con la verdad. El hombre dirige su mirada a Mí en el cielo y dedica un interés especial a Mi existencia en el cielo, pero nadie se preocupa por Mí en la carne, porque Yo, que vivo entre los hombres, soy muy insignificante. Los que sólo buscan la compatibilidad con las palabras de la Biblia, y que sólo buscan la compatibilidad con un Dios impreciso, son un espectáculo deplorable para Mí. Esto se debe a que lo que ellos adoran son palabras muertas y un Dios que es capaz de darles tesoros incalculables. Lo que ellos adoran es un Dios que se pone a merced del hombre y que no existe. ¿Entonces qué pueden obtener tales personas de Mí? La bajeza del hombre es sencillamente indescriptible. Los que están en Mi contra, que me hacen demandas sin límite, que no tienen amor por la verdad, que se rebelan contra Mí, ¿cómo podrían ser compatibles conmigo?

 

Extracto de ‘Deberías buscar el camino de la compatibilidad con Cristo’ en “La Palabra manifestada en carne”

 

A los que sólo se preocupan por las palabras de la Biblia, que no les interesa la verdad o no buscan Mis pasos, están contra Mí, porque me limitan de acuerdo con la Biblia y me confinan dentro de la Biblia, y por eso blasfeman en extremo contra Mí. ¿Cómo podrían esas personas venir ante Mí? No prestan atención a Mis hechos o a Mi voluntad o a la verdad, sino que se obsesionan con las palabras, palabras que matan. ¿Cómo pueden esas personas ser compatibles conmigo?

 

Extracto de ‘Deberías buscar el camino de la compatibilidad con Cristo’ en “La Palabra manifestada en carne”

 

Fuente: Iglesia de Dios Todopoderoso

 

Recomendación: Qué significa creer en Dios 

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