I
Conocer la palabra de Dios
es conocer a Dios y Su obra.
Conoces Su visión y así a Dios encarnado,
Su humanidad, obra y palabra.
Con Su palabra el hombre conoce a Dios.
Con Su palabra, conoce Su voluntad.
Con Su obra, conoce el carácter de Dios.
Con Su obra, conoce a Dios de verdad.
Conocer a Dios es el efecto final
al completarse la obra de Él,
lo último que Él le pide al hombre.
Es para Su testimonio final.
Dios hace Su obra para que
el hombre pueda encomendarse a Él al final.
II
La fe en Dios es el primer paso para conocerlo.
El crecimiento de esa fe
es el proceso de conocer a Dios
y vivir la obra que hace Él.
Si tu fe en Dios es sólo para creer y no para conocerlo a Él,
entonces tu fe no es real;
no hay duda, no es pura tu fe.
Conocer a Dios es el efecto final
al completarse la obra de Él,
lo último que Él le pide al hombre.
Es para Su testimonio final.
Dios hace Su obra para que
el hombre pueda encomendarse a Él al final.
III
Si el hombre pasa por la obra de Dios,
de a poco conocerá a Dios,
poco a poco su carácter cambiará,
su fe más honesta será.
Cuando el hombre crea en Dios de verdad,
se ganará por completo a Dios.
Él se esforzó para volver a encarnarse,
y que el hombre vea y conozca a Dios.
Conocer a Dios es el efecto final
al completarse la obra de Él,
lo último que Él le pide al hombre.
Es para Su testimonio final.
Dios hace Su obra para que
el hombre pueda encomendarse a Él al final.
IV
El hombre sólo ama a Dios al conocerlo.
Y para amarlo, el hombre debe entender a Dios.
No importa qué o cómo busque,
él debe poder conocer a Dios.
Es la única forma de cumplir Su voluntad.
De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”
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