Ahora, muchos grandes desastres han llegado uno tras otro, como la epidemia, el terremoto, el tornado, etc., se vuelven cada vez más graves. Es obvio que las señales de la venida del Señor han aparecido, pero todavía no lo hemos visto venir sobre nubes. Si no podemos recibir al Señor, ¿puede que caigamos en el desastre? Enfrentando las frecuentes calamidades, ¿deseas recibir al Señor cuanto antes? Entonces, ¿cómo podemos dar la bienvenida al Señor? El Señor Jesús profetizó: “Pero a medianoche se oyó un clamor: «¡Aquí está el novio! Salid a recibirlo.»” (Mateo 25:6). “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá” (Mateo 7:7). De esto podemos ver que cuando el Señor regrese, alguien gritará, es decir, algunos lo sabrán primero, y luego difundirán la noticia del regreso del Señor. Por lo tanto, cuando oímos a alguien testificar el retorno del Señor, debemos tomar la iniciativa para buscar e investigar, solo entonces tendremos la oportunidad de dar la bienvenida al Señor. Si no buscamos, ni estudiamos, sino que esperamos ciegamente que el Señor venga en una nube, ¿no nos perderemos la oportunidad de acogerlo?
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