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Evangelio de hoy domingo 16 de septiembre de 2018 | Apocalipsis 3:20

El Señor se ha aparecido en los últimos días y ha manifestado palabras para realizar la obra de juicio, que comienza por la casa de Dios. Esto cumple plenamente las profecías bíblicas: "He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo" (Apocalipsis 3:20). "Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios;" (1 Pedro 4:17). Sólo las vírgenes prudentes pueden oír la voz del Señor y lo reciben.

Versículos bíblicos como referencia:

“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo” (Apocalipsis 3:20).

“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias” (Apocalipsis 2:7).

“Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen […]” (Juan 10:27).

“Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios […]” (1 Pedro 4:17).

Palabras clásicas de Dios:

“El plan de gestión de seis mil años de Dios está llegando a su fin y la puerta del reino se ha abierto a todos aquellos quienes buscan la aparición de Dios. Queridos hermanos y hermanas, ¿qué estáis esperando? ¿Qué es lo que buscáis? ¿Estáis esperando la aparición de Dios? ¿Estáis buscando las huellas de Dios? ¡Cómo se anhela la aparición de Dios! ¡Y qué difícil es encontrar las huellas de Dios! En una época como esta, en un mundo como este, ¿qué debemos hacer para contemplar el día de la aparición de Dios? ¿Qué debemos hacer para seguir las huellas de Dios? A estas preguntas se enfrentan todos los que esperan la aparición de Dios. Vosotros las habéis considerado en más de una ocasión, pero ¿con qué resultado? ¿En dónde se aparece Dios? ¿Dónde están las huellas de Dios? ¿Habéis obtenido las respuestas? La respuesta de muchas personas sería esta: Dios se aparece entre los que lo siguen, y sus huellas están entre nosotros; ¡así de sencillo! Cualquiera puede ofrecer una respuesta formulista, pero, ¿entendéis vosotros qué es la aparición de Dios, y cuáles son las huellas de Dios? La aparición de Dios se refiere a Su llegada personal a la tierra para hacer Su obra. Con Su propia identidad y carácter, y con Su método inherente, Él desciende entre los hombres para llevar a cabo la obra de comenzar una época y terminar otra. Esta clase de aparición no es una especie de ceremonia. No es una señal, un cuadro, un milagro o una gran visión y mucho menos una clase de proceso religioso. Es un hecho real y verdadero que se puede tocar y contemplar. Esta clase de aparición no es en aras de seguir un proceso o en aras de un trabajo a corto plazo; es, para ser más precisos, en aras de una etapa en la obra de Su plan de gestión. La aparición de Dios siempre es significativa y siempre se conecta con Su plan de gestión. La ‘aparición’ a la que se refiere aquí es completamente diferente a la ‘aparición’ de la guía, dirección y esclarecimiento de Dios para el hombre. Cada vez que Él se revela, Él lleva a cabo una etapa de la gran obra. Esta obra es diferente de la de cualquier otra época. Para el hombre es inimaginable y él nunca la ha experimentado. Es una obra que da inicio a una nueva época y termina con la vieja época, y es una forma nueva y mejorada de obrar para la salvación de la humanidad; más aún, es una obra para llevar a la humanidad a una nueva época. Este es el significado de la aparición de Dios.

[…] ya que estamos buscando las huellas de Dios, debemos buscar la voluntad de Dios, las palabras de Dios, las declaraciones de Dios, porque donde están las nuevas palabras de Dios, ahí está la voz de Dios, y donde están las huellas de Dios, ahí están los hechos de Dios. Donde está la expresión de Dios, ahí está la aparición de Dios, y donde está la aparición de Dios, ahí existe la verdad, el camino y la vida. Mientras buscabais las huellas de Dios, ignorasteis las palabras que dicen que ‘Dios es la verdad, el camino y la vida’. Y es que, cuando muchas personas reciben la verdad, no creen que han encontrado las huellas de Dios y mucho menos reconocen la aparición de Dios. ¡Qué error tan grave es ese! La aparición de Dios no se puede reconciliar con las nociones del hombre; mucho menos puede Dios aparecer por orden del hombre. Dios hace Sus propias elecciones y tiene Sus propios planes cuando hace Su obra; más aún, Él tiene Sus propios objetivos y Sus propios métodos. No es necesario que Él discuta con el hombre la obra que Él hace, ni que busque el consejo del hombre, ni mucho menos que les notifique de Su obra a cada una de las personas. Este es el carácter de Dios y, además, todos lo deben reconocer. Si queréis presenciar la aparición de Dios, si queréis seguir las huellas de Dios, entonces debéis primero trascender vuestras propias nociones. No debes demandar que Dios haga esto o aquello; mucho menos debes colocarlo dentro de tus propios confines y limitarlo a tus propias nociones. En cambio, debéis preguntar cómo debéis buscar las huellas de Dios, cómo debéis aceptar la aparición de Dios, y cómo os debéis someter a la nueva obra de Dios; eso es lo que el hombre debe hacer. Siendo que el hombre no es la verdad, y que no posee la verdad, el hombre debe buscarla, aceptarla y obedecerla”.

de “La aparición de Dios ha traído una nueva época”

“Cuando Jesús vino al mundo del hombre, trajo la Era de la Gracia y terminó la de la Ley. Durante los últimos días, Dios se hizo carne una vez más y, esta vez acabó la Era de la Gracia y trajo la del Reino. Todos aquellos que acepten la segunda encarnación de Dios serán conducidos a la Era del Reino, y podrán aceptar personalmente Su dirección. Aunque Jesús hizo mucha obra entre los hombres, sólo completó la redención de toda la humanidad, se convirtió en la ofrenda por el pecado del hombre, pero no lo libró de su carácter corrupto. Salvar al hombre totalmente de la influencia de Satanás no sólo requirió a Jesús cargar con los pecados del hombre como la ofrenda por el pecado, sino también que Dios realizara una obra mayor para librar completamente al hombre de su carácter, que ha sido corrompido por Satanás. Y así, después de que los pecados del hombre fueron perdonados, Dios volvió a la carne para guiar al hombre a la nueva era, y comenzó la obra de castigo y juicio, que llevó al hombre a una esfera más elevada. Todos los que se someten bajo Su dominio disfrutarán una verdad más elevada y recibirán mayores bendiciones. Vivirán realmente en la luz, y obtendrán la verdad, el camino y la vida”.

de “Prefacio”

“En los últimos días, Cristo usa una diversidad de verdades para enseñarle al hombre, para revelar la esencia del hombre y analizar sus palabras y hechos. Estas palabras comprenden varias verdades, tales como, el deber del hombre, cómo debe el hombre obedecer a Dios, cómo debe el hombre ser leal a Dios, cómo debe el hombre vivir la humanidad normal, la sabiduría y el carácter de Dios, y así sucesivamente. Todas estas palabras se enfocan en la esencia del hombre y en su carácter corrupto. En particular, esas palabras que revelan cómo el hombre desdeña a Dios se dicen con relación a cómo el hombre es una personificación de Satanás y una fuerza enemiga contra Dios. Cuando Dios hace la obra del juicio, no simplemente aclara la naturaleza del hombre con unas cuantas palabras, sino que lleva a cabo la revelación, el tratamiento y la poda en el largo plazo. Esa forma de revelación, tratamiento y poda no se pueden sustituir con palabras ordinarias, sino con la verdad que el hombre no posee en absoluto. Sólo esa manera de obrar se considera juicio; sólo por medio de ese juicio se puede persuadir al hombre, se le puede convencer por completo de la sumisión a Dios, y puede obtener el verdadero conocimiento de Dios. El resultado de la obra de juicio es que el hombre comprenda el verdadero rostro de Dios y la verdad de su rebeldía. La obra de juicio le permite al hombre entender mucho de la voluntad de Dios, del propósito de la obra de Dios y de los misterios que el hombre no puede entender. También le permite al hombre reconocer y conocer su esencia corrupta y las raíces de su corrupción, así como descubrir la fealdad del hombre. Todos estos efectos los produce la obra del juicio, porque la esencia de esa obra es, de hecho, la obra de inaugurar la verdad, el camino y la vida de Dios para todos los que tienen fe en Él. Esta obra es la obra de juicio que Dios hace”.

de “Cristo realiza la obra de juicio con la verdad”

“En la Era del Reino, Dios usa la palabra para iniciar una nueva era, para cambiar los medios de Su obra, y para realizar la obra de la era entera. Este es el principio por el cual Dios obra durante la Era de la Palabra. Él se hizo carne para hablar desde diferentes perspectivas, permitiendo que el hombre pueda en verdad ver a Dios, quien es la Palabra manifestada en la carne, y Su sabiduría y maravilla. Este tipo de obra se realiza para lograr mejor los objetivos de conquistar al hombre, perfeccionar al hombre y eliminar al hombre. Este es el verdadero significado del uso de la palabra para llevar a cabo el trabajo en la Era de la Palabra. A través de la palabra, el hombre llega a conocer la obra de Dios, el carácter de Dios, la esencia del hombre, y a qué debe el hombre entrar. A través de la palabra, toda la obra que Dios quiere realizar en la Era de la Palabra es lograda. A través de la palabra, el hombre es revelado, eliminado y probado. El hombre ha visto la palabra, oído la palabra, y ha tomado conciencia de la existencia de la palabra. Como resultado, el hombre cree en la existencia de Dios; el hombre cree en la omnipotencia y en la sabiduría de Dios, así como en un corazón de Dios lleno de amor hacia el hombre y Su deseo de salvarlo. Aunque la palabra ‘palabra’ es simple y ordinaria, la palabra procedente de la boca de Dios encarnado, sacude todo el universo; Su palabra transforma el corazón del hombre, las nociones y el antiguo carácter del hombre, y la antigua apariencia del mundo entero”.

de “La Era del Reino es la Era de la Palabra”

“Una vez se me conoció como Jehová. También se me llamó el Mesías, y las personas me llamaron una vez Jesús el Salvador porque me amaban y respetaban. Pero hoy no soy el Jehová o el Jesús que las personas conocieron en tiempos pasados; soy el Dios que ha vuelto en los últimos días, el que pondrá fin a la era. Soy el Dios mismo que se levanta en los extremos de la tierra, repleto con todo Mi carácter, y lleno de autoridad, honor y gloria. Las personas nunca han tenido contacto conmigo, nunca me han conocido, y siempre han ignorado Mi carácter. Desde la creación del mundo hasta hoy, ni una persona me ha visto. Este es el Dios que se aparece al hombre durante los últimos días pero que está oculto en medio de él. Reside entre los hombres, verdadero y real, como el sol ardiente y el fuego llameante, lleno de poder y rebosante de autoridad. No hay una sola persona o cosa que no ha de ser juzgada por Mis palabras, y ni una sola persona o cosa que no ha de ser purificada ardiendo en el fuego. Finalmente, todas las naciones serán benditas por Mis palabras, y también hechas pedazos por ellas. De esta forma, todas las personas durante los últimos días verán que soy el Salvador que ha vuelto, que soy el Dios Todopoderoso que conquista toda la humanidad, que una vez fui la ofrenda por el pecado para el hombre, pero en los últimos días también me convertiré en las llamas del sol que quema todas las cosas, así como el Sol de justicia que revela todas las cosas. Esa es Mi obra de los últimos días. Adopté este nombre y poseo este carácter de forma que todas las personas puedan ver que soy un Dios justo, el sol ardiente, y el fuego llameante. Es así para que todos puedan adorarme, el único Dios verdadero, y para que puedan ver Mi verdadero rostro: no soy sólo el Dios de los israelitas, y no soy sólo el Redentor, soy el Dios de todas las criaturas a través de los cielos, la tierra y los mares”.

de “El Salvador ya ha regresado en una ‘nube blanca’”

Recomendación:Reflexiones bíblicas

 

Versículo Bíblico ilustrado sobre evangelio de hoy

Apocalipsis,imagen de Jesucristo,imagen de 10 virgenes

Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.

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