Hace 2000 años, Jesucristo sufrió la
persecución y condena de los Fariseos religiosos, y sin embargo, aquellas personas como los pescadores y los recaudadores de impuestos aceptaron la obra de Jesucristo. ¿Quién era el rico,
exactamente? ¿Quién era el pobre? ¿Conocer la Biblia muy bien y hacer exposiciones de ella, significa que uno tiene
conocimiento del Señor?
Un día, mi esposa dijo, “Nuestra hija y yo fuimos recientemente a la casa de mi hermana menor para escuchar sermones, en los cuales creo se encuentra la obra del Espíritu Santo. Lo que el
predicador dijo fue muy revelador, especialmente cuando hablaba acerca del tipo de personas que podrían darle acogida a Jesucristo en Su regreso, ¡Pensé que lo predicaba muy claramente! Querido,
¿Por qué no expresas tus puntos de vista tú y nuestro hijo, sobre cuáles personas serían las primeras en dar la bienvenida al Señor y los que serían llevados al Reino de Dios en el regreso del
Señor?”
Después de escuchar sus palabras, miré a mi esposa y a nuestros hijos y les dije, “Por supuesto que serán los pastores y ancianos, quienes entienden el conocimiento bíblico, los que aceptarán al
Señor de primero. Ellos conocen muy bien la Biblia, están familiarizados con el conocimiento bíblico, pastorean la iglesia y sirven al Señor, y tienen una gran vida espiritual. Así que creo que
la gente como ellos, seguramente, son los que darán de primero la bienvenida al Señor, cuando regrese.
Mi hijo se apresuró a decir, “Lo que mi papá dijo es correcto. Estoy de acuerdo con su punto de vista”.
Mi esposa negando con su cabeza, me dijo: “A menudo explicas las Escrituras a otros. ¿Qué versículo en la Biblia dice que al entender el conocimiento bíblico, uno puede conocer a Dios y saber
cómo practicarlo? Recuerdo, que en Juan 7:45-48 se dice, ‘Entonces los alguaciles vinieron a los principales sacerdotes y fariseos, y éstos les dijeron: ¿Por qué no le trajisteis? Los alguaciles
respondieron: ¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre habla! Entonces los fariseos les contestaron: ¿Es que también vosotros os habéis dejado engañar? ¿Acaso ha creído en El alguno de
los gobernantes, o de los fariseos?’ Sin embargo, cuando Jesús llamó a Sus discípulos, dijo en la Biblia. ‘Y andando junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su
hermano, echando una red al mar, porque eran pescadores. Y les dijo: Seguidme, y yo os haré pescadores de hombres. Entonces ellos, dejando
al instante las redes, le siguieron’ (Mateo 4:18-20). Podemos ver en estas dos escrituras que los principales sacerdotes, escribas y fariseos estaban familiarizados con la Biblia y entendían el
conocimiento bíblico. Cuando Dios vino a hacer Su nueva obra, no sólo no aceptaron la nueva obra, sino que se resistieron frenéticamente, condenaron y detuvieron a los creyentes bajo su dominio
de aceptar la obra del Señor. Al final, fueron los que entendían el conocimiento bíblico, los que clavaron a Jesucristo en la Cruz, mientras que aquellos que tenían poco conocimiento bíblico los
que verdaderamente anhelaban la aparición de Dios, como Pedro, Mateo y Juan, los que dejaron todo para seguir al Señor y aceptaron Su nueva obra cuando oyeron el llamado de Jesucristo. ¡Ellos
fueron los que verdaderamente acogieron al Mesías! De estos hechos, podemos concluir que, aunque los líderes religiosos estén familiarizados con la Biblia, esto no significa que conozcan a Dios y
sean capaces de darle la bienvenida al Señor. Lo que he dicho es correcto, ¿Cierto?
Habiendo escuchado su pregunta, me sentí bastante avergonzado. A menudo leí y expuse sobre estos versículos, pero nunca había buscado o contemplado la verdad en ellos. Mi hija me miró y me dijo:
“¡Lo que dijo mi madre es correcto! Hace 2000 años, cuando Jesucristo realizó Su obra en Judea, según el punto de vista de mi padre, en este momento, aquellos sacerdotes a cargo, escribas y
fariseos que estaban familiarizados con la Biblia, bien versados en la ley y que sirvieron piadosamente a Jehová, deberían haber aceptado la obra de Jesucristo primero. Sin embargo, los hechos
fueron justamente lo contrario. Después de que los líderes religiosos oyeron la palabra de Jesucristo y vieron Sus obras, no sólo no lo buscaron ni lo aceptaron, sino que intentaron encontrar
todo tipo de acusaciones contra Jesucristo y se resistieron y condenaron Su obra. Jesucristo predicó y obró, y enseñó a los hombres usando verdades, pero lo calumniaron como a alguien que
estuviera causando disturbios entre la gente común. Jesucristo dijo que Él mismo fue enviado por el Padre, y que Él es la verdad, el camino y la vida; ellos, sin embargo, Lo acusaron de
blasfemia. Jesucristo curó a la gente y la liberó de los demonios, pero aún así, Lo blasfemaron, diciendo que Él se había apoyado en Belcebú, jefe de los demonios, para expulsarlos. Todos estos
sacerdotes encargados, escribas y fariseos sirvieron a Dios en el templo. Aunque conocían muy bien la Biblia, no conocían la obra del Espíritu Santo, ni aceptaron la verdad. ¿Por qué ellos no
aceptaron a Jesucristo? ¿No sería porque pensaron que habían hecho una lectura extensa de la Biblia, y habían entendido el conocimiento bíblico, y también eran personas ‘ricas’? Por lo tanto,
eran muy arrogantes y engreídos, no buscaban la verdad, desdeñaban a otros y no tenían lugar para Dios en sus corazones. En consecuencia, ellos perdieron la salvación de Jesucristo y fueron
maldecidos por Dios. Como Jesucristo lo reveló, ‘Y cualquiera que se ensalce, será humillado, y cualquiera que se humille, será
ensalzado’ (Mateo 23:12). Por el contrario, los pescadores que arrojaron sus redes, los recaudadores de impuestos y la mujer samaritana no tenían ningún conocimiento bíblico o
estatus social, y otras personas los miraban con desprecio. Sin embargo, ellos alcanzaron la iluminación y la salvación de Dios porque buscaban humildemente con hambre y sed de justicia. Así como
dijo Jesucristo, ‘Volviendo su vista hacia sus discípulos, decía: ‘Bienaventurados vosotros los pobres, porque vuestro es el reino de Dios. Bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque seréis saciados. Bienaventurados los que ahora lloráis, porque
reiréis’ (Lucas 6:20-21). ‘He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él
conmigo’ (Apocalipsis 3:20). De la palabra del Señor vemos que si deseamos festejar junto con el Señor y ser conducidos al Reino de los Cielos, debemos tener un corazón que anhela y
busca la verdad, y procurar escuchar la voz de Dios. ¡Sólo así podremos dar la bienvenida al regreso del Señor!”
Oyendo su opinión, me sentí realmente avergonzado y humillado. Resultó que, aunque predicaba todos los días, sólo predicaba cartas y doctrinas, ¡Y no había entendido la verdad! Creía que leer y
recitar la Biblia de memoria era entender la Biblia, pero parecía que yo era realmente arrogante y altivo. Esto realmente cumplió la palabra de Jesucristo, “Y cualquiera que se ensalce, será humillado, y cualquiera que se humille, será ensalzado” (Mateo 23:12).
Pensé por un momento y dije con emoción: “Lo que compartiste es en el fondo un hecho. Piensen en el tiempo en que Jesucristo realizó Su obra hace 2000 años, si nos basamos en la cantidad del
conocimiento bíblico que la gente entendía, entonces los principales sacerdotes, escribanos y fariseos serían los que han conocido más. Sin embargo, cuando Jesucristo nació, los Magos de Oriente,
Simeón y otras personas fueron los primeros en ser iluminados. Mientras que los principales sacerdotes, escribas y fariseos eran arrogantes y ostentaban su antigüedad a causa de sus riquezas, y
se convertían en aquellos que eran ciegos y que no conocían a Dios. No puedo evitar pensar en el versículo: ‘Porque dices: “Soy rico, me he enriquecido y
de nada tengo necesidad”; y no sabes que eres un miserable y digno de lástima, y pobre, ciego y desnudo,’(Apocalipsis 3:17). Dios no presta atención a esas personas arrogantes y
engreídas que alardean tener conocimiento de la Biblia y la capacidad de entender todo a fondo, sino que Él ilumina y guía a aquellos que son humildes y anhelan y buscan Su aparición. Una vez que
obtienen la iluminación del Espíritu Santo, entonces están dispuestos a aceptar y someterse a Dios. Así como dijo Jesucristo, ‘Mis ovejas oyen mi voz, y
yo las conozco y me siguen;’ (Juan 10:27). Con la condición de que aceptemos y obedezcamos humildemente la palabra del Señor, tendremos la certeza de obtener la instrucción y la
iluminación del Espíritu Santo y recibir la salvación de Dios”.
Mi esposa, conjunto con nuestra hija e hijo, dijeron al unísono, “¡Gracias al Señor!¡Amén!”
Nuestro hijo dijo, “Tu opinión está dotada con la instrucción e iluminación del Espíritu Santo y está en consonancia con la palabra del Señor. En el pasado, adoraba tanto a los pastores y a los
ancianos, pensando que, porque conocían bien la Biblia y siempre nos expusieron el conocimiento bíblico, ellos debían haber obtenido primero la inspiración del Señor. Ahora parece que mi
perspectiva estaba equivocada y no estaba en consonancia con la voluntad del Señor. Los que entienden más el conocimiento bíblico son de hecho más arrogantes y serán mucho menos propensos a
aceptar la nueva obra de Dios. Sólo si buscamos la obra del Espíritu Santo con un corazón humilde seremos capaces de recibir la misericordia y la gracia de Dios, y de obtener el liderazgo y la
guía del Espíritu Santo, y podremos, por lo tanto, ¡seguir la obra de Dios! Toda mi familia se puso muy feliz, y agradeció al Señor Su misericordia y preocupación. Entonces continuamos nuestra
comunicación…
Recomendación :Predicas Cristianas
(Traducido del original en inglés al español por Xinia Arias Quirós)
Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.
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