Satanás es malvado en extremo, esperando en vano dañar la vida de Job. Como Satanás no está dispuesto a ver a Job temer a Dios y evitar el mal, y siempre está buscando competir con Dios por las
almas de las personas. Pero Dios es todopoderoso, y esas palabras habladas por Dios a Satanás son en realidad una orden dada a Satanás. Aunque Satanás es malo, es incapaz de transgredir la
autoridad de Dios. No es más que una máquina de hacer servicio a Dios.
Tal como dice la palabra de Dios: “[...] independientemente de lo ‘poderoso’, lo audaz y ambicioso que sea, de lo grande que sea su capacidad de infligir daño, del
amplio espectro de las técnicas con las que corrompe y atrae al hombre, lo ingeniosos que sean los trucos y las artimañas con las que intimida al hombre y de lo cambiante que sea la forma en la
que existe, nunca ha sido capaz de crear una simple cosa viva ni de establecer leyes o normas para la existencia de todas las cosas, ni de gobernar y controlar ningún objeto, animado o inanimado.
A lo largo de la inmensa expansión del universo, no existe una sola persona u objeto que hayan nacido de él, o que existan por él; no hay una sola persona u objeto gobernados o controlados por
él. Por el contrario, no sólo tiene que vivir bajo el dominio de Dios, sino que, además, debe obedecer todas Sus órdenes y Sus mandatos. Sin el permiso divino, le resulta difícil incluso tocar
una gota de agua o un grano de arena sobre la tierra; ni siquiera es libre para mover a las hormigas sobre la tierra, y mucho menos a la humanidad creada por Dios. A los ojos de Dios, Satanás es
inferior a los lirios del campo, a las aves que vuelan en el aire, a los peces del mar y a los gusanos de la tierra. Su papel, entre todas las cosas, es servirlas, trabajar para la humanidad, y
servir a la obra de Dios y Su plan de gestión.
Independientemente de lo maligna que es su naturaleza y lo malvado de su sustancia, lo único que puede hacer es respetar sumisamente su función: estar al servicio de Dios, y proveer un contraste
para Él. Tales son la esencia y la posición de Satanás. Su sustancia está desconectada de la vida, del poder, de la autoridad; ¡es un simple juguete en las manos de Dios, tan sólo una máquina a
Su servicio!”.
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