Palabras relevantes de Dios:
No todo en la Biblia es un registro de las palabras habladas personalmente por Dios. La Biblia simplemente documenta las dos etapas anteriores de la obra de Dios, de las que una parte es un registro de las predicciones de los profetas, y otra las experiencias y el conocimiento escrito por personas usadas por Dios a lo largo de los tiempos. Las experiencias humanas están contaminadas con opiniones y conocimiento humanos, algo que es inevitable. En muchos de los libros de la Biblia hay ideas, preferencias e interpretaciones absurdas humanas. Por supuesto, la mayoría de las palabras son el resultado del esclarecimiento y la iluminación del Espíritu Santo, y son las interpretaciones correctas, pero sigue sin poderse decir que sean expresiones de la verdad totalmente precisas. Sus opiniones sobre ciertas cosas no son nada más que el conocimiento de la experiencia personal, o el esclarecimiento del Espíritu Santo. Dios instruyó las predicciones de los profetas: las profecías de Isaías, Daniel, Esdras, Jeremías, y Ezequiel vinieron de la instrucción directa del Espíritu Santo; estas personas eran profetas, habían recibido el Espíritu de profecía, eran todos profetas del Antiguo Testamento. Durante la Era de la Ley, estas personas, que habían recibido las inspiraciones de Jehová, hablaron muchas profecías, que fueron instruidas directamente por Jehová.
de ‘Relativo a la Biblia (3)’ en “La Palabra manifestada en carne”
Durante esta Era del Antiguo Testamento, el gran número de profetas levantados por Jehová hablaron profecía en Su nombre, dieron instrucciones a diversas tribus y naciones, y predijeron la obra que Jehová haría. Este había dado el Espíritu de profecía a todas estas personas que había levantado: eran capaces de ver Sus visiones, oír Su voz; por tanto, estaban inspiradas por Él y escribían profecía. La obra que hacían era la expresión de la voz de Jehová, era la obra de profecía que hacían en Su nombre, y Su obra en ese momento era simplemente guiar a las personas usando el Espíritu; Él no se hizo carne, y las personas no vieron nada en Su rostro. Por tanto, levantó muchos profetas para hacer Su obra, y les dio oráculos que transmitieron a cada tribu y clan de Israel. Su obra era hablar profecía, y algunos de ellos escribieron las instrucciones de Jehová para mostrarlas a otros. Él levantó a estas personas para hablar profecía, predecir la obra del futuro o la que aún debía hacerse durante ese tiempo, de forma que las personas pudieran ver las maravillas y la sabiduría de Jehová. Estos libros de profecía eran bastante diferentes de los demás libros de la Biblia; eran palabras habladas o escritas por aquellos a los que se había dado el Espíritu de profecía; por aquellos que habían obtenido de Jehová las visiones o la voz. Aparte de los libros de profecía, todo lo demás en el Antiguo Testamento son registros hechos por personas después de que Jehová hubiera terminado Su obra. Estos libros no pueden reemplazar a las predicciones habladas por los profetas levantados por Jehová, del mismo modo que Génesis y Éxodo no pueden compararse con el libro de Isaías y el de Daniel. Las profecías se hablaron antes de que la obra se hubiera llevado a cabo; los otros libros, entretanto, se escribieron después de que hubiera terminado, que era lo que las personas eran capaces de hacer... De esta forma, lo que se registra en la Biblia es puramente la obra en Israel en ese momento. Las palabras habladas por los profetas, por Isaías, Daniel, Jeremías, y Ezequiel… sus palabras predicen Su otra obra sobre la tierra, la obra de Jehová Dios mismo. Todo esto venía de Dios, era la obra del Espíritu Santo, y aparte de estos libros de los profetas, todo lo demás es un relato de las experiencias de la obra de Jehová por parte de las personas en ese momento.
de ‘Relativo a la Biblia (1)’ en “La Palabra manifestada en carne”
Hoy, las personas creen que la Biblia es Dios, y que Él es la Biblia. Así, también creen que todas las palabras de la Biblia fueron las únicas palabras habladas por Dios, y que Él las pronunció todas. Los que creen en Dios piensan incluso que, aunque los sesenta y seis libros del Antiguo y del Nuevo Testamento fueron escritos por personas, fueron todos inspirados por Dios, y eran un registro de las declaraciones del Espíritu Santo. Esta es la interpretación errónea de las personas, y no es completamente acorde con los hechos. En realidad, aparte de los libros de profecía, la mayor parte del Antiguo Testamento es un relato histórico. Algunas de las epístolas del Nuevo Testamento provienen de las experiencias de las personas, y otras del esclarecimiento del Espíritu Santo; las epístolas paulinas, por ejemplo, surgieron de la obra de un hombre, fueron el resultado del esclarecimiento del Espíritu Santo, y se escribieron para las iglesias; fueron palabras de exhortación y aliento para los hermanos y hermanas de las mismas. No fueron palabras habladas por el Espíritu Santo; Pablo no podía hablar en nombre del Espíritu Santo, ni era profeta, y mucho menos veía visiones. Sus epístolas se escribieron para las iglesias de Éfeso, Filadelfia, Galacia, y otras iglesias. Y, por tanto, las epístolas paulinas del Nuevo Testamento son epístolas que Pablo escribió para las iglesias, y no son inspiraciones del Espíritu Santo, ni Sus declaraciones directas. Son simplemente palabras de exhortación, alivio, y aliento que escribió para las iglesias durante el transcurso de su obra. Así, también, son un registro de gran parte de la obra de Pablo en la época. Se escribieron para todos los hermanos y hermanas en el Señor, y su fin era hacer que todos ellos en las iglesias de la época siguieran su consejo y se ciñeran a todos los caminos del Señor Jesús. De ninguna manera dijo Pablo que, en las iglesias de esa época o las del futuro, todos deben comer y beber sus cosas, ni que sus palabras venían todas de Dios. De acuerdo con las circunstancias de la iglesia en esa época, él simplemente comunicaba con los hermanos y las hermanas, los exhortaba, e inspiraba creencia en ellos; y simplemente predicaba, o recordaba a las personas y las exhortaba. Sus palabras estaban basadas en su propia carga, y apoyaba a las personas por medio de ellas. Él hizo la obra de un apóstol de las iglesias de esa época, era un obrero usado por el Señor Jesús, y por tanto se le dio la responsabilidad de las iglesias, se le encargó llevar a cabo la obra de las mismas, tuvo que aprender acerca de las circunstancias de los hermanos y las hermanas; por ello, escribió epístolas para todos ellos en el Señor. Todo lo edificante y positivo para las personas que habló fue correcto, pero no representaba las declaraciones del Espíritu Santo ni podía representar a Dios. ¡Es un entendimiento atroz y una blasfemia tremenda, que las personas traten los relatos de las experiencias de un hombre y las epístolas de un hombre como las palabras habladas por el Espíritu Santo a las iglesias! Eso es particularmente cierto cuando se trata de las epístolas que Pablo escribió para las iglesias, porque estas se escribieron para los hermanos y hermanas, en base a las circunstancias y la situación de cada iglesia en esa época. Su fin era exhortar a los hermanos y hermanas en el Señor, de forma que pudieran recibir la gracia del Señor Jesús. Sus epístolas tenían el fin de mover a los hermanos y hermanas de esa época a actuar. Puede decirse que esta era su propia carga, y también la que el Espíritu Santo le dio; después de todo, fue un apóstol que dirigió a las iglesias de la época, que escribió epístolas para las iglesias y las exhortó; esta era su responsabilidad. Su identidad fue simplemente la de un apóstol obrero, y fue simplemente un apóstol enviado por Dios; no fue un profeta ni un adivino. Así que, para él, su propia obra y las vidas de los hermanos y hermanas eran de la mayor importancia. Por tanto, no podía hablar en nombre del Espíritu Santo. Sus palabras no eran las palabras del Espíritu Santo, y mucho menos podría decirse que fueran las de Dios, porque Pablo no era nada más que una criatura de Dios y, sin duda, no era Su encarnación. Su identidad no era la misma que la de Jesús. Las palabras de Jesús fueron las del Espíritu Santo, las de Dios, porque Su identidad era la de Cristo, el Hijo de Dios. ¿Cómo podía ser Pablo Su igual? Si las personas consideran las epístolas o las palabras similares a las de Pablo como declaraciones del Espíritu Santo, y las adoran como a Dios, solo puede decirse que son demasiado indiscriminadas. Dicho de forma más seria, ¿no es esto sino blasfemia? ¿Cómo podría un hombre hablar en nombre de Dios? ¿Y cómo podrían las personas hacer la reverencia ante los relatos de sus epístolas y las palabras que habló como si fueran un “libro santo”, o un “libro celestial”? ¿Podría el hombre pronunciar informalmente las palabras de Dios? ¿Cómo podría un hombre hablar en nombre de Dios? Por tanto, ¿qué dices? ¿Podrían las epístolas escritas para las iglesias no estar contaminadas con sus propias ideas? ¿Cómo no iban a estar contaminadas con ideas humanas? Él escribió epístolas para las iglesias, basándose en sus experiencias personales y la extensión de su propia vida. Por ejemplo, Pablo escribió una epístola a las iglesias gálatas, que contenía una determinada opinión, y Pedro escribió otra con otro punto de vista. ¿Cuál de ellas vino del Espíritu Santo? Nadie lo puede decir con seguridad. Así pues, solo puede decirse que ambas llevaban una carga para las iglesias, pero sus cartas representan su estatura, su provisión y apoyo para los hermanos y las hermanas, su carga hacia las iglesias, y solo representan obra humana; no eran totalmente del Espíritu Santo. Si dices que sus epístolas son las palabras del Espíritu Santo, entonces eres absurdo, ¡y estás cometiendo blasfemia! Las epístolas paulinas y las otras epístolas del Nuevo Testamento equivalen a las biografías de figuras espirituales más recientes. Están a la par con los libros de Watchman Nee o las experiencias de Lawrence, y así por el estilo. Es simplemente que los libros de figuras espirituales recientes no están recopilados en el Nuevo Testamento, pero la esencia de estas personas es la misma: eran personas usadas por el Espíritu Santo durante cierto período, y no podían representar directamente a Dios.
de ‘Relativo a la Biblia (3)’ en “La Palabra manifestada en carne”
El Evangelio de Mateo, en el Nuevo Testamento, documenta la genealogía de Jesús. Al principio, dice que era descendiente de Abraham, hijo de David, e hijo de José; después dice que fue concebido por el Espíritu Santo, y nacido de una virgen; esto significaba que no era el hijo de José o un descendiente de Abraham, que no era el hijo de David. La genealogía, sin embargo, insiste en asociar a Jesús con José. Seguidamente, la misma comienza a relatar el proceso por medio del cual nació Jesús. Dice que fue concebido por el Espíritu Santo, que nació de una virgen, y no fue el hijo de José. Pero en la genealogía está escrito con claridad que Jesús fue el hijo de José; y como esta se escribe para Jesús, registra cuarenta y dos generaciones. Cuando llega a la generación de José, dice apresuradamente que era el marido de María, palabras con el fin de demostrar que Jesús era descendiente de Abraham. ¿No es una contradicción? La genealogía documenta con nitidez el linaje de José, es obviamente su genealogía, pero Mateo insiste en que es la de Jesús. ¿No niega esto la realidad de la concepción de Jesús por el Espíritu Santo? Por tanto, ¿no es la genealogía escrita por Mateo una idea humana? ¡Es ridículo! De esta forma sabes que este libro no vino totalmente del Espíritu Santo.
de ‘Relativo a la Biblia (3)’ en “La Palabra manifestada en carne”
Hoy, ¿quién de vosotros se atreve a decir que todas las palabras habladas por aquellos que el Espíritu Santo usó vinieron de este? ¿Se atreve alguien a decir tales cosas? Si dices tales cosas, ¿por qué se descartó entonces el libro de profecía de Esdras, y por qué se hizo lo mismo a los libros de esos antiguos santos y profetas? Si todos vinieron del Espíritu Santo, ¿por qué os atrevéis entonces a hacer esas elecciones caprichosas? ¿Estás cualificado para escoger la obra del Espíritu Santo? Muchas historias de Israel también se descartaron. Y si crees que estos escritos del pasado vinieron todos del Espíritu Santo, ¿por qué se descartaron entonces algunos de los libros? Si todos vinieron del Espíritu Santo, deberían mantenerse, y enviarse a los hermanos y hermanas de las iglesias para que los lean. No deberían escogerse o descartarse por la voluntad humana; es erróneo hacerlo. Decir que las experiencias de Pablo y Juan se mezclaron con lo que vieron personalmente no significa que sus experiencias y su conocimiento viniesen de Satanás, sino solo que tuvieron cosas procedentes de lo que experimentaron y vieron personalmente. Su conocimiento fue acorde con el trasfondo de las experiencias reales de la época, ¿y quién puede decir con confianza que todo ello venía del Espíritu Santo? Si los Cuatro Evangelios vinieron todos del Espíritu Santo, ¿por qué dicen Mateo, Marcos, Lucas y Juan cosas diferentes sobre la obra de Jesús? Si no creéis esto, mirad entonces los relatos de la Biblia de cómo Pedro negó a Jesús tres veces: son todos diferentes, y cada uno de ellos tiene sus propias características... Lee detenidamente los Cuatro Evangelios; lee lo que registraron acerca de las cosas que Jesús hizo, y las palabras que habló. Cada relato era, simplemente, diferente, y cada uno de ellos tenía su propia perspectiva. Si lo escrito por los autores de estos libros vino todo del Espíritu Santo, tendría que ser todo igual y coherente. ¿Por qué existen entonces discrepancias?
de ‘Acerca de los apelativos y la identidad’ en “La Palabra manifestada en carne”
Antes, los apóstoles y los profetas escribieron diversas epístolas, e hicieron muchas profecías. Más adelante, las personas escogieron algunas de ellas para incluirlas en la Biblia, y algunas se perdieron. Si hay personas que dicen que todo lo que hablan vino del Espíritu Santo, ¿por qué una parte de ello se considera bueno, y otra malo? ¿Y por qué se escogieron algunas, y otras no? Si fueran realmente las palabras habladas por el Espíritu Santo, ¿sería necesario que las personas las seleccionaran? ¿Por qué son diferentes los relatos de las palabras habladas por Jesús y la obra que hizo en cada uno de los Cuatro Evangelios?
de ‘Acerca de los apelativos y la identidad’ en “La Palabra manifestada en carne”
En realidad, es simplemente un registro humano. Jehová no lo tituló personalmente ni guió su creación. Es decir, el autor de este libro no es Dios, sino los hombres. La “Santa” Biblia solo es el título respetuoso que el hombre le ha dado. No fue decidido por Jehová y Jesús tras un debate entre ellos; no es nada más que una idea humana. Porque Jehová no escribió este libro, y mucho menos Jesús, sino que son los relatos de muchos profetas, apóstoles y adivinos antiguos, recopilados por generaciones posteriores en un libro de escritos antiguos que, para las personas, parece especialmente santo, un libro que en su opinión contiene muchos misterios insondables y profundos que están esperando a ser descubiertos por generaciones futuras. Así pues, las personas están aún más dispuestas a creer que este libro es un “libro celestial”. Con el añadido de los Cuatro Evangelios y el libro del Apocalipsis, la actitud de las personas hacia él es particularmente diferente de la que tienen hacia cualquier otro libro y, por tanto, nadie se atreve a diseccionar este “libro celestial”, porque es demasiado “sagrado”.
de ‘Relativo a la Biblia (3)’ en “La Palabra manifestada en carne”
Recomendación:La obra de Dios
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