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¿Cómo ser la gente honesta? Parte 1

Estudios bíblicos  | ¿Cómo ser la gente honesta? Parte 1

 

El Señor Jesús dijo: “[…] En verdad os digo que si no os convertís y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos” (Mateo 18:3). De las palabras del Señor Jesús, se puede ver que solo la gente honesta, inocente y linda puede obtener la aprobación del Señor y entrar en el reino de los cielos. Después de entender la voluntad de Dios, en la vida real, a menudo queremos refrenar nuestra lengua para evitar hablar mentiras, y tenemos empeño en hace bien ser una gente honesta a los ojos de Dios, pero no podemos hacer otra cosa que resignarnos al fracaso. Entonces, ¿cómo practicamos para ser una persona honesta? Gracias al Señor por Su guía. A continuación, compartimos con usted los cuatro principios para ser una persona honesta…

Primero, oren sinceramente a Dios
El Señor Jesús dijo: “Pero la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque ciertamente a los tales el Padre busca que le adoren. Dios es espíritu, y los que le adoran deben adorarle en espíritu y en verdad” (Juan 4:23-24). Estos versículos nos dicen que si queremos ser una persona honesta, entonces, debemos aprender a decir las palabras que estén dentro de nuestro corazón y hablar nuestro propio estado y dificultades reales a Dios, lo que oramos no es permitir que la gente nos admire, ni hablemos las palabras bonitas para engañar a Dios. En la Biblia se registra: “Dos hombres subieron al templo a orar; uno era fariseo y el otro recaudador de impuestos. El fariseo puesto en pie, oraba para sí de esta manera: “Dios, te doy gracias porque no soy como los demás hombres: estafadores, injustos, adúlteros; ni aun como este recaudador de impuestos. ‘Yo ayuno dos veces por semana; doy el diezmo de todo lo que gano.’ Pero el recaudador de impuestos, de pie y a cierta distancia, no quería ni siquiera alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: ‘Dios, ten piedad de mí, pecador.’ Os digo que éste descendió a su casa justificado pero aquél no; […]” (Lucas 18:10-14). De la oración del fariseo y el recaudador de impuestos, se puede ver que la oración del recaudador de impuestos es muy simple, él sólo pide que el Señor le muestre la misericordia, pero lo que dice es real, quiere confesar sus propios pecados con sinceridad y arrepentirse todo lo que hizo, por lo tanto, él ora a Dios para que Dios pueda compadecerle. Sin embargo, en la oración del fariseo sólo dicen las palabras buenas y superficiales para intentar obtener reconocimiento ante Dios y hacer alarde de sí mismo delante de los demás, no abren verdaderamente su corazón a Dios ni dicen las palabras que estén dentro de su corazón, por lo tanto, aunque las palabras de la oración del fariseo son buenas en la superficie, no pueden recibir la aprobación de Dios. Tal como el Señor Jesús reprendió a los fariseos y dijo: “que devoran las casas de las viudas, y por las apariencias hacen largas oraciones; éstos recibirán mayor condenación” (Marcos 12:40). Así que, en la vida real, debemos practicar a decir las palabras sinceras, lo que decimos y lo que hacemos debe ser observado por Dios, para que podamos caminar por la senda de ser la gente honesta.

Segundo, deban decir la verdad y erradicar mentiras para ser la gente honesta

El Señor Jesús dijo: “Antes bien, sea vuestro hablar: ‘Sí, sí’ o ‘No, no’; y lo que es más de esto, procede del mal” (Mateo 5:37). De las palabras del Señor Jesús, podemos ver que el Señor Jesús requiere que lo que hagamos y digamos es práctico y realista y nos abstenamos de impurezas en nuestras acciones y palabras. Si no podemos hablar con sinceridad, entonces, seremos un hacedor de maldad.

 

Scripture quotations taken from LBLA (http://www.LBLA.com). Copyright by The Lockman Foundation.

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